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Javier Híjar: El guardián de la historia auditiva de la radio del norte de Sinaloa

Por más de 42 años, este multifacético amante de la radio ha dedicado su vida a guardar voces y sonidos y, no solo eso, traspasar los archivos de lo análogo a lo digital, motivado por el amor que le tiene a este medio de comunicación.

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Los Mochis, Sin.- Francisco Javier Híjar Zavala ha sido testigo de los cambios y transiciones de la radio en las últimas décadas, desde la era análoga hasta la digital y, en todas, por el amor que le tiene a este medio de comunicación a la que le ha dedicado más de 42 años de su vida, ha logrado adaptarse y evolucionar profesionalmente.

A sus 14 años, en 1976, llegó a su más grande pasión: la radio, por invitación de Mary Cháirez, quien le ofreció trabajar en la XECF Radio Impactos 10-14 (La Mexicana), que en ese entonces dirigía don Francisco Pérez Alvarado.

“Estaba ahí sentado en la banqueta sentado, en la Texas, comiéndome un helado y unas palomitas, era lo que hacía después de llegar de la escuela, después de comer, y salió Mary Cháirez, sentado ahí y me dijo: oye, ¿no quieres trabajar? Y, le dije: como no […] de qué hay que hacerla ahí. De misceláneo, me dijo. La plaza de misceláneo es que haces los mandados y haces el aseo, entonces, entré”.

“Los primeros días sí me daba vergüenza porque yo ya andaba estudiando y andaba ya de novio. Me acuerdo que tenía que entrar a las 8, a las 9 a la radio y yo me venía a las 7 de la mañana para barrer afuera y que no me viera nadie aquí en La Mexicana, cuando estaba aquí, en la pura esquina de Rosales y Serdán”.

Su inicio en Radio Impactos (La Mexicana)

Su viveza, sus ganas de aprender, de conocer, lo llevó a explorar cada espacio, área y elementos que hacen posible la magia de la radio.

Javier Híjar asegura que aprendió a grabar solamente observando a los grandes locutores de la radio como: Manuel “Colorado” Hernández, Armando Tirado Rubio, Manuel Bojórquez Ortega, el profesor Elías Ángulo Cázares, Héctor Islas López, Gilberto Cruz Ramos, entre otros.

 “Era el mil uso de la radio: cobraba, barría y, yo limpiando, miraba a los locutores viejos, cómo grababa Gilberto Cruz y yo que limpiaba, pero estaba viéndolo a él, y así fue cómo aprendí. Se salía él y apagaba el estudio, el cuarto era de bulbos, los prendías y tenías que esperar un rato a que se calentaran los bulbos y ya podías grabar, y me pegaron unas ‘regañadotas’, porque agarraba el equipo sin pedir permiso. Era un plebe y como yo miraba, haz de cuenta como cuando te dan la clase y tienes que hacer el ejercicio, a mí todo el tiempo me han gustado los aparatos. Entonces, se salía Gilberto y me metía yo”.

Esa curiosidad y hambre por aprender, por conocer el funcionamiento de cada uno de los aparatos del estudio de grabación, le permitió crecer profesionalmente en menos de un año en la XECF, cuando don Francisco Pérez se dio cuenta de su enorme capacidad.

 “[…] Don Pancho me dijo: ¿ya sabes moverle? Porque vino de Guadalajara con un friego de publicidad, no estaba Gilberto, y ya le dije a don Pancho: yo sé encartuchar don Pancho. Y me dijo: encartúchame todo esto.  Me dio un artero de cintitas”.

 “Las estaba encartuchando cuando llega la señora, y me ve, pero ya tenía permiso, ya con la puerta abierta, y llegó la doña y me pegó una regañada y ahí voy con don Pancho y le digo: don Pancho aquí están las cosas, no lo pude hacer porque la señora me pegó una regañadota. Salió don Pancho caminando y le dijo: que sea la última vez que tú regañas al Javier porque yo lo mandé. Y, sí, de ahí empecé mi trabajo en la grabación, como en 1977”, narra don Javier.

Radio Ambiente (La Mejor)

En enero de 1980, Híjar Zavala sale de Radio Impactos y se va a trabajar con el ingeniero Manuel Francisco Pérez Muñoz, quien a la muerte de su padre, el señor Manuel Ceferino Pérez Alvarado, se hace cargo de XEHS Radio Ambiente.

“Cuando fallece don Manuel, el papá del ingeniero Pérez, el ingeniero se hace cargo de la radio, entonces, el ingeniero sabía que yo sabía guardar, el ingeniero quería hacer equipo en la dinámica de trabajar y hacer nuevas cosas y miró que yo tenía ganas de aprender más; entonces, él habló con su tío, don Pancho, don Pancho no quería y no  quería, hasta que lo convenció y, sí, me fui para allá”, cuenta esta anécdota a Línea Directa.

Cabe resaltar que, cuando Javier empezó a trabajar en la XEHS, también le ofrecieron empleo en otra estación de radio que dirigían “Yamuni y Roque Chávez”, tras la salida del grabador Ernesto Ayala, pero rechazó la oferta.

Ya en Radio Ambiente (La Mejor), le tocó trabajar con locutores de la talla de Evaristo Fregoso, Alfredo Hays Cruz, Héctor Islas, Octavio Ibarra, Germán Rivera Nieblas, “El Metro” Uribe, Zamarripa y otros más, con quien forjó amistades, anécdotas y aprendió mucho.

También fue locutor 

Javier es un hombre enamorado de la radio y en su caminar por este medio, también ha explorado la locución, etapa de su vida profesional que tuvo buena aceptación entre los radioescuchas.

“Le dije al ingeniero: yo quiero entrar en las mañanas. Está bien, me dijo, si no te llegan cartas, vamos  retirar el programa, ok. Entonces, no había otra forma de comunicar con la comunidad más que con carta, te llegaban cartas. Me acuerdo que yo iba por ellas, porque la radio tenía un reservado en telégrafos, y ya voy viendo de la banda, de la banda, un friego”.

Pero, al cambiar el perfil de la radio, Javier Híjar deja la locución al darse cuenta que lo suyo es la libertad y no el encierro en una cabina, por lo que se suma a las labores de controles, transmitiendo por más de 30 años la Liga de Beisbol Clemente Grijalva. 

Inicia el grupo RSN

Con la muerte de don Francisco Pérez  Alvarado, el ingeniero Manuel Francisco Pérez Muñoz, junto a su primo forman un grupo radiofónico y, posteriormente, le compra las estaciones XEREY y XECF.

Es decir, el grupo Radio Sistema del Noroeste se conformó con tres estaciones: XEREY, XECH y XEHS, en la zona norte de Sinaloa.

Más tarde, el ingeniero Manuel Francisco y su hermana Sandra Pérez logran sumar una nueva concesión, pero, ésta en Frecuencia Modulada (FM), la primera en esta región de la entidad.

“Yo le ayudaba al papá de Connie Arámbula, al papá de la Connie, Héctor Arámbula, lo conocían como El Tapado, él instaló la radio, la de Stereo Uno, y cuando nosotros estábamos en pruebas, yo le ayudaba a Héctor a cablear, yo era el mil usos”, narra el ya veterano integrante de RSN.

Todos estos cambios, transformaciones y expansiones le han tocado vivir a don Javier Híjar, quien se emociona al hablar de Stereo Uno, pues, él fue el encargado de hacer sonar la primera pieza musical en esta frecuencia.

“La primera canción, era una canción instrumental de Concorde de Franck Pourcel, fue la primera estación en frecuencia modulada en la zona norte, yo sentía que me había sacado la lotería, imagínate, todo el tiempo había estado escuchando la radio en una bocinita que había comprado, ya se escuchaba la música en los dos lados, la estereofonía, y yo comenzaba a grabar los comerciales y le metía un efecto por un lado, a un canal y al otro, era como un plebe con juguete nuevo”, dice con muchísima emoción. 

De lo análogo a lo digital

Híjar es un hombre extraordinario, inteligente pero, sobre todo, muy astuto cuando se trata de seguir aprendiendo para evolucionar junto a la radio. 

Él con solo observar el manejo de los equipos logró obtener conocimiento y desarrollar habilidades para maniobrar consolas y demás aparatos que han hecho posible las transmisiones de las estaciones todos estos años, así como las producciones y vestiduras de los distintos programas.

Con la llegada de la era digital, aceptó el reto y hoy, sigue siendo un hombre importante dentro del capital humano de RSN.

“Cuando nos cambiamos de lo análogo a lo digital, yo era una papa para la computadora, yo la miraba y le tenía respeto y miedo, porque yo decía: si me la chingo, me van a fregar, yo estaba con esa mentalidad y ya nos pusieron, por cierto, que nos dio clases Juan Enrique Varela, a manejar el software, el Valera nos puso a trabajar al Félix Sánchez, Luis Romero (don Pepo), a Gabriel Ortiz “El Gallo” y a mí, yo era el más viejo de todos”.

“Me acuerdo que nos dieron las clases, yo apuntaba todo, los íconos, para qué eran, todo, todo, era el Cool Edit, yo apunté todito, las ventanitas las dibujé, todo, y ya para el examen, supuestamente el final, nos grabó un anuncio, de que, no, pues, vamos por la calle fulana, tenías que meter un efecto de carro o de tráfico, fui el primero en entregarle el trabajo de todos y me decían: hey, cómo le hago para el efecto aquí, y yo de, ah, y para qué no apuntaste. Y ahí empezó mi carrera delictiva grabando digital”, ríe Javier.

Subraya que pese a los nuevos tiempos, donde la tecnología facilita el trabajo, hay algo que ésta no logra sustituir: el talento.

“Una cosa muy importante, los programas traen preset para ecualización y todo el asunto, pero todo está en el oído de cada quién, a mí el Varela me dice: cómo le haces para ecualizar, y le digo tienes algo tú y tengo algo yo que tú no tienes, el oído, pues, sí es cierto me dijo”.

La audioteca.

Javier Híjar asegura que en todos esos años trabajando sea sentido “pleno” con su trabajo porque le gusta y lo disfruta mucho.

Para él, la radio, “es una parte de su vida, es como un alimento, como la mujer perfecta”. Todo lo que nos ha contado es su “vida”.

Ese amor por la historia de la radio en Los Mochis, las voces de los locutores, producciones, comerciales, jingles comerciales, todo, ha logrado conservar a través de sus 42 años en RSN.

Esta audioteca, su gran tesoro auditivo, la inició sin que nadie se lo pidiera, por su inquietud de que se pierda “el árbol genealógico de la radio”.

“Esto tiene un origen, cómo surgió, el proceso, todo hay que irlo guardando, todo tienen historia. Que no se pierdan los valores, hay que guardar el árbol genealógico de todo esto, no cuesta nada y, ahora, está más sencillo, está digitalizado todo, en un aparatito puedes guardar toda la historia de la radio”, refiere el amante de la radio, Javier Hijar.

“Yo tengo en mi audioteca que tengo yo, tengo voces de locutores todavía… y tenía más, nada más que cuando se cambió del bulevar Rosales a este edificio, donde estamos actualmente, yo andaba a de vacaciones, entonces, todas las cintas que yo tenía archivadas de locutores viejos y yo tenía guardado a fulano, mengano, zutano y perengano, la voz que me pidieran yo la tenía guardada, pero, en el cambio hicieron una rebatinga de cosas que no supieron dónde dejaron las cintas”.

 

“Y sí, ha sido una de las cosas que sí me ha dolido mucho porque yo sabía que yo lo tenía, cuando me pedían una cosa el ingeniero, yo le decía, aquí está, y haz de cuenta que me arrancaron un brazo”, lamenta.

Hace más de 42 años que don Javier Híjar ha dedicado gran parte de su vida y amor a RSN, y aunque dentro de poco se jubilará y pensionará, asegura que seguirá trabajando, porque, la radio, es su casa, su hogar.

Fuente: Internet

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Jessi Jáuregui

Reportero

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