Guasave, Sin.- Feliz y encantada de la vida, una madre de familia llevó a su hijo al inicio de clases presenciales dos horas y media antes de que fuera su turno, prefirió dejarlo en el plantel porque ya no tenía tiempo de regresar para dar otra vuelta, dijo.
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Es una madre trabajadora, este lunes en el inicio de clases presenciales de la Escuela General Insurgentes, en Guasave, al entrar la directora le explicaba que su hijo deberá tomar sus asignaturas de las 13:00 a las 17:00 horas, pero eran apenas las 10:40.
“¿No se le hace mucho que me lo deje?”.
“Pues a mí no se me hace, ya lo traje”.
“¿No puede traerlo después?”.
“No, es que ya no puedo yo dar otra vuelta. Ahí trae un sándwich y trae un vaso de agua. Estoy feliz porque ya va a entrar a clases, él necesita forzosamente venir, no le ayuda mucho estar en línea, es mucha lata tanto para él como para mí. No somos unas personas que estemos guardados en casa, se me hace una locura que esté abierto todo y que las escuelas estén guardadas”, justificó.
La madre de familia asegura que en todo este año y medio han tenido que trabajar en la calle, incluso prefirió que su hijo no se conectara a clases virtuales en el ciclo anterior porque no estaba aprendiendo nada y se les complicaba hacerlo.
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Ahora se dijo contenta de saber que estará en el plantel, no teme al contagio por COVID-19 porque a pesar de no haber estado en resguardo en casa no se han contagiado, así es que asumen que saben cómo cuidarse.
