Mazatlán, Sin.- Desde San Pablito Chinconcuác, Estado de México, un grupo de ciclistas salió desde el jueves 20 de julio en caravana con el objetivo de llegar a la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción en Mazatlán, para pagar su manda o solo vivir la aventura.
La Gran Ruta de la Fe, como se llama esta peregrinación, recorre más de mil kilómetros bajo el intenso sol, el calor y la lluvia, lo que no representa obstáculo alguno para estos ciclistas que impulsan con fuerza el pedal de su bicicletas para llegar a su destino.
Cruz Alfavaro, uno de los integrantes de esta peregrinación, dijo que esta actividad tiene más de 20 años y cada año se suman más personas, cada una cumpliendo una promesa motivada por la fe, o por vivir la experiencia de este recorrido.
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La esperanza y la fe motivaron a los ciclistas llegar a la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción. Foto: Ariana Luna.
Añadió que cada vez esta tradición toma mayor fuerza, y en esta ocasión viajaron aproximadamente 60 personas.
“Todos venimos por la fe, no hay movimiento de esta magnitud sin la fe a los santos. Cada quien tiene su motivo, es la fe de uno como peregrino, es una muy bonita tradición”.
Al arribar a la catedral, los ciclistas reflejaron el cansancio que se dejaba ver en las gotas de sudor que bañaron sus rostro, pero algo estaba claro: la fe de cada uno de estos es inquebrantable.
La Gran Ruta de la Fe no tiene edad ni género, pues desde adulto mayores hasta adolescente cumplieron la meta: llegar hasta el Santuario de la Virgen en Mazatlán.
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Ciclistas. Imagen Ilustrativa. Foto: Ariana Luna.
Fueron días de una larga travesía en la que soportaron lluvia, frío y calor, sobre todo al llegar a tierras sinaloenses, pero todo eso valió la pena.
En el recorrido llegaron a diferentes santuarios como el del Santo Niño de Atocha, en Zacateca; El Señor de las Maravillas, en Durango y finalmente Mazatlán.
Los ciclistas se quedarán dos días en el puerto y posteriormente regresarán a su lugar de origen, pero ahora en autobús.
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