Mazatlán, Sinaloa.- María Monserrat de Guadalupe Barrón Guevara, de 64 años de edad, mejor conocida como Lupita, es una mujer como ninguna otra; que ha vivido sucesos que la marcaron de por vida, como el haber perdido a su hijo el pasado 29 de agosto de 2018. Hecho que la llevó a dejar su papel como ama de casa, para tomar una pala y convertirse en rastreadora.
Pero antes de realizar esta labor, Lupita, vivió una vida difícil, donde aprendió a ser dura, “hacer de todo” y no dejarse vencer. Formó así la fuerte personalidad que la caracteriza: inquebrantable, que ama, pero no se deja manipular, que lucha y se defiende ante la adversidad.
“Sí yo te dijera lo que me dedicaba, yo era vedette. Y mírame ahora donde ando, fui bailarina, cantante, trabajar con el público, viene de todo, ahí agarras de todo y mírame ahora, de ahí después me dediqué al hogar”.
Ella había encontrado la estabilidad al conocer a su esposo; él se encargaba de sostener la casa y ella de la educación de los niños y las tareas del hogar; pero su vida cambió cuando confirmaron que su hijo se fue para no volver jamás, fue entonces cuando decidió unirse al grupo de rastreadoras “Tesoros Perdidos Hasta Encontrarlos”.
“Para nosotros esto es un trabajo, buscar tesoros, es muy bonito. Sufrimos mucho porque a veces no traemos agua y no traemos comida y así, es muy sufrido, pero muy bonito porque hay unión y hay compañerismo entre nosotras”.
Para Lupita, el unirse a estas búsquedas representa un alivio y le trae paz, tal vez los cuerpos que han encontrado ninguno le pertenece a su hijo, pero el saber que sigue en la lucha y que puede ser de otra familia que perdió un ser querido, es un consuelo.
