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Guasave, Sin.- Es positiva por siempre, dice a carcajadas cuando se le pregunta el porqué del mote de “Lady COVID-19“, esta es tan solo una de las muchas historias que se han enmarcado en estos dos años de pandemia.
El 28 de febrero del 2020, con el anuncio de la llegada del virus a México, llegó también el terror y la incertidumbre, para esta mujer de 40 años, su condición abierta siempre no le permitió replegarse, de inicio más bien creyó que era solo una exageración, una historia que no llegaría a causar más estragos que los que en ese momento se percibían.
Lo cierto es que no sólo a ella le ha tocado ser portadora del virus en más de cuatro ocasiones, su esposo la ha acompañado en ese trance y esa experiencia que los hizo ser candidatos al hospital.
“Cuatro veces, tres con prueba de laboratorio, la primera vez fue por asociación epidemiológica porque yo no creía que la pandemia afuera tan fatal como se pintaba. Prácticamente por cada una que se ha enfrentado, me ha tocado un contagio; trato de no entrar en pánico y regularmente trato de seguir en la normalidad de la vida, de salir, de visitar amigos, de ir a trabajar y yo creo que en esa dinámica he sido más propensa al contagio”, lamentó.
La primera ocasión en la que se contagió, fueron tan leves los síntomas que creyó que todo estaba superado, fue el segundo contagio cuando ella y su esposo se vieron en la posibilidad de ser ingresados al hospital, la situación fue tal que los médicos hicieron uso de todos los recursos que en sus manos estuvieron, oxígeno, anticoagulantes y otros medicamentos de alto costo que pudieron requerir para salvarles la vida.
Siendo una mujer creyente, está consciente de que no tiene ni la salud ni la vida garantizada, tuvo que tocar fondo para que hiciera consciencia respecto a las vacunas, ya no es la mujer que se resiste a ser “un conejillo de indias”.
“Yo era una detractora de las vacunas, me resistía a ser un ‘conejillo de indias’, no voy a ser parte de la prueba y error. Ahora soy la Lady COVID-19, la positiva forever y yo en la charra y todo, digo pues, soy tan adorable que hasta el COVID-19 no me suelta. Es entender que el estar vivo ahorita es hoy por hoy una bendición, una oportunidad que nos da Dios de disfrutar este regalo como lo es la vida, y que así como ahorita estamos, mañana quién sabe”, relató.
Esta mujer tiene nombre y apellido, es una sobreviviente del COVID-19 en cuatro ocasiones, que rompe las reglas, que vence los pronósticos, que vive para contarla a diferencia de aquellos que se quedaron en el camino, y qué a decir por ella misma, tenían más posibilidades económicas para salir de la enfermedad.
¿El por qué? Ella y Dios lo saben, está consciente de que hay una misión que cumplir, y una de ellas, es sin duda, que haya quienes aprendan de su caso.
