Mocorito, Sinaloa. Calles vacías, puertas cerradas y un silencio que cala, así amaneció este miércoles la comunidad de La Huerta en el municipio de Mocorito luego de una noche de tensión, balas y sobrevuelo de helicópteros artillados durante un fuerte operativo militar que mantuvo en vilo a decenas de familias.
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El eco de lo ocurrido apenas se refleja en el paisaje: varias unidades del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, entre estas dos blindados “Rynos”, siguen apostadas en la zona, resguardando con su acostumbrado hermetismo el perímetro frente a la cancha de usos múltiples.
A ese punto también llegaron agentes de la Policía Estatal Preventiva (PEP), mientras los vecinos observaban desde detrás de las cortinas. El miedo flota en el ambiente.
Una camioneta Toyota Hilux de color negro, con las puertas abiertas y visibles impactos de bala permanece estacionada frente a la cancha, la única prueba de que hubo intercambio de disparos una noche anterior. A escasos metros, un pequeño comercio aún abierto parece resistirse al silencio, aunque junto a su acera se observa una cámara de vigilancia derribada, como muda testigo de la noche violenta.
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“No hubo muchos disparos y parece que no les respondían”, se atrevió a comentar un hombre, en voz baja, mirando de reojo a los soldados.
Y es que, según lo reportado de manera extraoficial, el enfrentamiento armado entre Fuerzas Federales y civiles armados comenzó pasadas las 10:00 de la noche del martes, extendiéndose por comunidades como San Benito, El Palmar de los Leal, Potrero de los Gastélum y, por supuesto, La Huerta.
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Por información que trascendió, desde el aire, helicópteros artillados dispararon contra presuntos integrantes del crimen organizado, mientras por tierra se realizaban cercos en algunos domicilios.
Hasta el momento, las autoridades no han confirmado bajas, detenciones ni decomisos, aunque extraoficialmente se dice de una persona asegurada, mientras el ambiente sigue tenso y la población permanece resguardada en sus casas. Nadie quiere hablar.
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