Culiacán, Sinaloa.- En sesión solemne, celebrada este miércoles, a Juliana Zepeda Pérez se le entregó el premio a la Mujer Rural Sinaloense, en su primera edición.
Este premio consistió en un diploma alusivo y una medalla en la que luce en una de sus caras el escudo de Sinaloa, y en la otra, el escudo del Congreso del Estado de Sinaloa; asimismo se dio un estímulo de 25 mil pesos.
Durante más de 50 años, la señora Juliana Zepeda Pérez se ha dedicado a moldear barro para hacer ollas, tinajas, macetas y otros productos, lo que la ha llevado a viajar a otras partes del Estado para enseñar lo que sabe y le ha permitido participar en exposiciones de Mocorito, Guamúchil y en la Expoagro de Culiacán, además de intercambiar experiencias por cinco días en Las Labradas, del municipio de San Ignacio.
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Ella, vive en la comunidad de El Valle de Arriba, del municipio de Mocorito. Es de baja estatura y habla pausado. Su taller de artesanía es un pequeño espacio de su casa.
De manera cotidiana, Juliana se sienta en una silla, sobre una cubeta pone una pieza de barro como base para ir dándole forma al mismo. El piso es de tierra, el techo de madera y lámina de cartón.
Pedazos de metal y una piedra, que moja constantemente, le sirven para ir alisando una olla. Con sus manos va dando vueltas y vueltas a la base donde está la olla ya formada y cuya boca la alisa simplemente con sus dedos.
El barro es su historia y es su vida. Tenía siete u ocho años cuando jugando empezó a hacer ollas, aprendiendo de su abuela Juliana Vega, quien también era alfarera.
Le gustó el oficio y para los 17 años ya era una artesana. Y cuando se casó con José Daniel Osuna, ambos siguieron el oficio casi por medio siglo. Hace cuatro años él falleció, pero el matrimonio le dio nueve hijos e hijas, de los cuales una murió. A la fecha ya suma más de 50 nuevos descendientes, entre nietos y bisnietos.
Actualmente, no sólo muestra a sus nietos y bisnietos cómo hacer figuritas de barro, sino que de algunas escuelas de Mocorito hacen viajes hacia su casa y ella enseña a los alumnos durante el tiempo que permanecen ahí.
La señora Juliana se muestra como pequeña empresaria sin que ese sea su objetivo. Cuenta que contrata a personas para que escarben y le traigan los dos tipos de arcilla que necesita.
Doña Juliana, actualmente tiene 69 años de edad y hoy será la primera ganadora del Premio a la Mujer Rural Sinaloense.