San Ignacio, Sin. – La cabecera municipal de San Ignacio está llena de vendedores de pitayas rojas. Es su tiempo, como también lo es la ciruela en Agua Caliente de Gárate, en Concordia.
Las mujeres que acuden a las 3 y 4 de la madrugada a los lugares de corte recolectan cientos de frutas maduras para estar en punto de las 06:00 de la mañana en la plazuela, lugar a donde llegan los camiones de pasajeros para llevar este rico manjar a las personas que se los encargan o para empezar a comercializar en calles de otras ciudades o comunidades.
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El director de Turismo del Ayuntamiento de San Ignacio, Carlos Alberto Piña Cruz, destacó que, en estos tiempos, en las dos plazuelas, abundan las señoras y los niños vendiendo la pitaya.
“Ahora con el festival de la pitaya hemos traído una chef que los he enseñado a procesarla, han hecho agua, empañadas, pan, rosca integral, tortillas, chamoy, infinidad de productos con la intención de que no se quede en pura fruta, sino que la fruta se congela, se resguarda, dura mucho tiempo y se puede procesar en todos estos meses siguientes, que es el objetivo”, manifestó el funcionario municipal.
El rojo fruto cactáceo se procesa manualmente y se vende por cubetas | Foto: Abraham Dominguez
Recordó que anteriormente, cuando terminaba el mes de junio, ya no se encontraba ningún fruto de la pitaya, sin embargo, las mujeres procesan la fruta y le están dando valor agregado, y recalcó que, si para Agua Caliente es la ciruela, para San Ignacio, la pitaya.
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Piña Cruz dijo que ya no solo se prepara la pitaya en helados, nieves y bolis, pues ya se congela y se procesa en otras presentaciones, y destacó que la cubeta de esta fruta puede llegar a costar entre los 200 y 250 pesos, y de acuerdo a conforme avance la temporada, la convierten en una fuente de empleo y de recursos económicos para muchas familias.
Adelantó que, durante el festival de la pitaya, que será del 21 al 24 de junio, se montará una muestra gastronómica con los productos que se pueden elaborar con esta fruta.
Por su parte, la señora Esther Rivas Bueno, con más de 12 años dedicándose a la comercialización de esta fruta que viene del cactus, dice que desde la madrugada acuden a donde están los palos de las pitayas, donde su esposo las corta y ella se encarga de pelarlas para guardarlas en las cubetas, un trabajo que a diario le cuesta sus espinadas, ya que la cortan en la oscuridad y su única luz es su linterna.
“Nos vamos a las 3 de la mañana para poder traer cinco cubetitas, lo que son las cinco cubetitas del día, y nos venimos temprano para ver la venta cómo está, para poderlas vender temprano, en las salidas de los camiones, porque a veces es temprano la venta, o si no, aquí pasamos todo el día con lo que es la fruta de la pitaya para poderla vender”, manifestó la vendedora.
Colocada en la plazuela frente al Palacio Municipal de San Ignacio, enseguida de una vendedora de raspados de frutas naturales, dijo que mucha gente que llega de fuera sí la consume, porque sabe que es la temporada y a veces solo visita el municipio a comprar esta fruta, no solo por su sabor, sino porque también la consumen por ser medicinal.
Con unas cubetas llenas de esta roja fruta, indicó que son los fines de semana cuando las personas que se dedican a comercializarla aprovechan y llevan a su lugar de origen, por lo que sábado y domingo son los días buenos y cuando tienen mayores ventas, porque acuden visitantes no solo de Mazatlán o Culiacán, sino también de Sonora.
Con más de 12 años de vendedora, aseguró que la pitaya no es solo para aguas frescas o postres helados, sino que también se está usando para comerse natural, en tamales, galletas de pitaya, mermeladas y otros productos que le están dando valor agregado a esta fruta tan solicitada.
Asimismo, reconoció que una chef de Culiacán fue a enseñarles los productos que se pueden hacer con la pitaya, para que no se les eche a perder cuando no logra venderla al día.
Finalmente, explicó que, para recolectarla, la fruta se corta del palo con espinas, por lo que antes de venderlas, se limpian, para que la gente que las compra las agarre sin ningún problema, la pele y se coma la fruta, que es todo un manjar dulce.
