Guasave, Sinaloa.- En los años en la región se han presentado fenómenos climáticos que parecen desconcertar tanto a los habitantes locales como a los expertos. Uno de los eventos más intrigantes ocurrió hace algunos días en Guasave y Los Mochis, popularmente se describe como que “la lluvia nos saca la vuelta”, un comportamiento donde en algunas zonas la precipitación es abundante, mientras que a unos metros de distancia el sol brilla con intensidad.
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Para explicar este curioso fenómeno, Juan Espinosa Luna, doctor en Geofísica Aplicada, desentrañó las complejidades detrás de las “isotermas” y su papel en la creación de microclimas.
Explicó que este fenómeno está relacionado con la formación de isotermas, áreas de temperatura más elevada en comparación con las zonas circundantes.
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Según el experto, desde Guasave hasta Los Mochis en el Estado de Sinaloa, existe una isoterma que puede alcanzar hasta tres grados más de calor en comparación con otras áreas cercanas. Este tipo de condiciones térmicas específicas no solo afectan a grandes regiones, sino también a pequeñas zonas urbanas dentro de las ciudades, como lo han evidenciado los estudios realizados en Los Mochis y Guasave.
“Una isoterma son zonas de mayor calor, por ejemplo, desde Guasave hasta Los Mochis hemos identificado una isoterma que puede tener por lo menos tres grados más de temperatura. Esa diferencia, aunque pueda parecer pequeña, es suficiente para modificar el comportamiento de las tormentas y lluvias, ya que el aire más caliente tiende a disipar el aire frío que acompaña a las lluvias. Cuando una tormenta trae consigo aire frío y se encuentra con una zona de aire caliente, este último tiende a dispersar el aire frío, lo que hace que la lluvia no caiga en esa área caliente. Es como si la lluvia ‘le sacara la vuelta’ a esa zona”, dijo.
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El fenómeno no se limita solo a grandes áreas. En su análisis, Espinosa Luna enfatizó que dentro de las ciudades también existen isotermas a escala más reducida.
“En Culiacán no se observa con la misma claridad, pero en Los Mochis y Guasave he identificado zonas donde la temperatura es por lo menos dos grados más alta que en las áreas donde llueve”, detalló el doctor.
Esta variación de temperatura crea microclimas locales que alteran el comportamiento de las lluvias, haciendo que estas se desvíen hacia otras zonas o simplemente se disipen.
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Espinosa también señaló que estas isotermas pueden formarse por diversas razones, como la actividad industrial, el asfalto o la falta de vegetación. En lugares con más pavimento, edificios y vehículos, el calor tiende a concentrarse, elevando las temperaturas y creando estas zonas que dificultan la llegada de las lluvias.
“Son microclimas con una diferencia mínima de temperatura, pero suficiente para que no llueva”, afirmó.
Para ilustrar mejor el fenómeno, el especialista se refirió a imágenes recientes donde se observaba una tormenta imponente en un extremo de la ciudad mientras que en el otro lado el cielo permanecía despejado, una escena casi cinematográfica.
“De esas de ciencia ficción que uno no creería si no lo estuviera viviendo”, comentó, subrayando la rareza de estos eventos meteorológicos que se están volviendo cada vez más frecuentes en la región.
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Aunque el fenómeno pueda parecer fuera de control, Espinosa Luna sugiere una solución viable para mitigar el impacto de las isotermas: la reforestación.
“La mejor manera de evitar la formación de estos microclimas es mediante la plantación de árboles”, afirmó con convicción. “No hay nada como la reforestación. Plantar árbol tras árbol es una solución sencilla pero eficaz para reducir la temperatura en estas áreas y favorecer la llegada de las lluvias”.
En cuanto a las perspectivas para la región, el especialista espera que las condiciones actuales del clima sean favorables para la llegada de al menos una tormenta tropical que pueda aliviar la sequía que ha afectado al sistema de presas en el norte de Sinaloa.
“Esperemos que por lo menos una tormenta tropical llegue y nos salve, especialmente en el norte”, comentó con optimismo.
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En resumen, el fenómeno de las isotermas revela una compleja interacción entre las condiciones térmicas locales y los patrones de lluvia en el noroeste de México. Aunque estas áreas de calor pueden generar problemas al impedir la llegada de la lluvia, la reforestación y otras medidas para reducir el calor urbano pueden ser claves para mitigar este problema en el futuro. El análisis de Espinosa Luna subraya la importancia de entender y abordar estos fenómenos locales para enfrentar los desafíos climáticos de manera efectiva.
