Culiacán, Sinaloa.- El día de los fieles difuntos llegó y en los panteones el ambiente que se vive es de amor y una gran añoranza por quienes ya perdieron la vida.
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Flores de todo tipo y colores adornan las tumbas, las acompañan las veladoras, uno que otro globo, banderitas y objetos que en vida disfrutaba el difunto; la coca y los dulces, son lo que nunca puede faltar este Día de Muertos.
Desde la entrada del Panteón Civil, el primer panorama que se tiene es de un gran número de personas: niños, jóvenes y adultos son quienes a su paso y cargando escoba, flores, trapos, y todo lo que pondrán como altar, se encaminan al espacio en donde uno o más familiares o amigos fueron enterrados.
La tradición sigue más viva que nunca y ahora que la vida ya permite una mayor libertad, la memoria de los difuntos se pone en alto en los panteones y no solo en casa. Uno que otro grupo de músicos camina por el panteón, listos para entonar las canciones más queridas de las personas que hoy se recuerda.
Y es que, aunque es inevitable no soltar unas lagrimas por los recuerdos, también hay alegría por el encuentro de las familias, por las enseñanzas de la tradición a los niños, por las historias que nunca dejan de ser graciosas y por quienes, aprovechan para rezar un rosario.
Para Ernestina López, el Día de Muertos es para conmemorar a su madre, una mujer con quien no tiene memorias por haber tenido solo dos años cuando perdió a su mamá, por problemas en un embarazo.
Su figura materna fueron sus hermanas mayores y su padre que siempre buscó el sustento para la familia. Cada año la visita y le pone en su tumba sus flores, gladiolas, o margaritas, velas, coronas en ocasiones y una cajetilla de cigarros y coca-cola.
“Me hubiera gustado los consejos de ella, los abrazos, los cariños que una madre siempre tiene para un hijo (…) murió un 10 de mayo, murió mi madre. Es triste no tener la compañía de la madre, un consejo, en la escuela que vaya a las juntas, a recibir calificaciones”, compartió.
Para la señora Chuyita, en el Día de Muertos se conmemora la memoria de su madre, una mujer que siempre fue feliz con las reuniones familiares; su padre, un hombre muy cantador y su esposo, su amoroso compañero de vida, muy bromista y trabajador.
Su padre y esposo, con diferencia de tan solo dos días, perdieron la batalla contra el COVID-19. A ellos se les visita en el panteón “Renacimiento”.
“De mi mamá, que le gustaba mucho que nos reuniéramos los sábados en la casa, quería tener a todos, cuando no íbamos se enojaba, siempre, todos los sábados no fallábamos, todos, sobrinos y los hijos ahí con ellos, los nietos”, mencionó.
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Más de 100 mil personas son las que la autoridad municipal estima vayan a visitar los panteones de Culiacán, empezando desde el fin de semana y concluyendo este dos de noviembre.
