Culiacán, Sinaloa.- Hasta el momento la propuesta del Gobierno Federal es que los industriales de la harina paguen un precio fijo de 5 mil pesos por tonelada de maíz, además de una aportación adicional de la autoridad por 500 pesos como complemento para sumar una cantidad de 5 mil 500 pesos parejo para todos los agricultores, informó el gobernador Rubén Rocha Moya en repuesta a los productores que se manifestaron este lunes en Palacio de Gobierno.
Durante la conferencia “semanera” de este lunes, el mandatario estatal admitió que los 500 pesos no les alcanzan para un valor justo de la cosecha, por lo que solicitan al titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula, que le aporte un poco más, pero el monto ya lo dirá él.
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Rocha Moya recordó que el año pasado el apoyo del Gobierno de la República fue para 6 millones de toneladas de maíz y hoy será para 3.5 millones, por eso es justa la demanda de más de 500 pesos por tonelada, sin embargo, queda abierta la posibilidad de vender por fuera del programa el grano si el mercado internacional reacciona y mejora su valor.
Asimismo, anunció que esta semana viajará a la Ciudad de México y llevará como prioridad conseguir un precio justo y razonable para la próxima cosecha de maíz que se estima trillar a partir de la segunda semana del próximo mes de mayo. Por lo pronto, invitó a los productores a no bajar la guardia en la lucha.
Durante su exposición, Rubén Rocha aprovechó para pedirle a los industriales que también sacrifiquen sus ganancias y repartan una porción de las utilidades que les dejan todos los años los agricultores sinaloenses.
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Es importante destacar que en la reunión del pasado viernes del Consejo Estatal de Desarrollo Rural Sustentable, el gobernador Rubén Rocha Moya recibió el respaldo unánime de todos los dirigentes de organismos de productores, tanto del sector social como del privado, para que encabece las negociaciones con el Gobierno Federal y la industria harinera, a fin de obtener el mejor precio posible para la tonelada de maíz, con el compromiso de que se tratará de un precio fijo que pagará el industrial y que será para todos los productores, es decir, sin límite de volumen de toneladas ni de hectáreas.
