Choix, Sin.- Yecorato era una comunidad muy alegre y pintoresca, con mucha vida, pero, la falta de trabajo obligó a la mayor parte de los jóvenes a emigrar por necesidad a otros municipios, norte del país y Estados Unidos.
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Ramona Olivia Peralta Encina, vecina de Yecorato, señala que la única esperanza que tiene su comunidad para salir adelante, actualmente, es el programa “Sembrando Vida”, con el que cultivan entre los beneficiados: chiltepín, nopal y palo colorado, que comercializan en El Fuerte o Ahome.
Doña Ramona asegura que por años estuvieron marginados, sin ser tomados en cuenta para un programa social, mucho menos colectivo, y ahora, con “Sembrando Vida” han vuelto a hacer fértil la tierra, pero teme que, por cuestiones políticas o electorales, en el futuro ya no siga.
“Falta mucho empleo, porque la gente no hay en qué trabaje, tiene que salirse a trabajar fuera, muchos emigraron a el otro lado. Ahorita bendito Dios que tenemos el programa Sembrando Vida, pero, el día que ya se vaya, ahí vamos a llorar”, dijo Peralta Encina.
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- “El día que ya se vaya, ahí vamos a llorar”: Sembrando Vida trajo esperanza a Yecorato, Choix
El año pasado fue una buena temporada para los habitantes con la comercialización del nopal y el chiltepín, pero, este invierno, todo lo que cultivaron se congeló por las bajas temperaturas.
A pesar de la tristeza que sintieron de ver quemadas sus plantas, trabajan a contrarreloj para apostarle a la pitahaya, fruto que es más resistente a las bajas temperaturas y esperan poder vender fácilmente para subsistir.
“Ahorita estamos en un proyecto de plantar pitahayas, porque, ya vimos, que, ahora, con el hielo, nos dejó en la nada con el nopal y el chiltepín,
¿Qué fue lo que perdieron?
“Toda la planta del nopal y del chiltepín. Estamos sembrando otra vez para plantar ya que salga el tiempo del hielo”, dijo con tristeza la señora a Línea Directa.
Ramona Peralta enfatiza que, con “Sembrando Vida”, además de devolverles la oportunidad de ser y sentirse productivos, les “siembra” la esperanza de que, Yecorato, volverá a convertirse en la comunidad de antes: llena de jóvenes y niños.
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