Los Mochis, Sin.- Ángel Eduardo “N”, policía estatal que murió durante una refriega entre elementos de Seguridad Pública del Estado, federales y civiles armados, dejó una familia amorosa que desafortunadamente lo vio salir a su trabajo, pero ya no lo verá regresar.
El elemento caído en el cumplimiento de su deber, tenía tres años de haber sido asignado a la ciudad de Culiacán, pues era originario de la ciudad de Los Mochis, y aquí tenía su domicilio, junto con su esposa.
Te puede interesar: Confirman los primeros dos muertos del nuevo Jueves Negro: Un policía estatal y un Guardia Nacional
Ángel estaba muy entusiasmado de pertenecer a las fuerzas estatales, y aunque en un principio su esposa no quería que se fuera, le deseó lo mejor y después ella se fue también a la capital del estado para estar junto con su esposo.
Al paso del tiempo nació un bebé producto del amor, el cual lamentablemente no tendrá la oportunidad de jugar con su padre, de contarle sus secretos, sus sueños, sus ilusiones, de pedirle un consejo, todo porque un puñado de balas acabaron con su vida.
El oficial caído fue auxiliado por sus compañeros y trasladado a un hospital a recibir atención médica de urgencia, pero lamentablemente no logró salvar su vida, quedando tendido en una camilla de hospital.
Ahora su esposa y su hijo sólo tendrán el recuerdo de aquel hombre que dio su vida por su estado y por defender a los ciudadanos, que muchas veces no se fijan lo que hay detrás de un buen elemento.
Sigue toda la información del norte de Sinaloa en la sección especial de Línea Directa
