Don Rosario, con un siglo sobre sus hombros y muchas ganas de vivir

Los Mochis, Sin.- Rosario Espinoza Valenzuela tiene un siglo sobre
sus hombros y una hija de 80 años que lo cuida amorosamente.
Ambos fueron registrados por el Secretario de
Desarrollo Social y Humano, Lic. Juan Ernesto Millán Pietsch, para hacer su
trámite de incorporación al Programa ?70 y más?, programa para mejorar la
calidad de vida de los adultos mayores.
Don Rosario, llegó caminando el sábado pasado, con
dificultad, a la Tercera Audiencia Pública denominada ?Gobierno en Movimiento?.
Avanzaba pesadamente con el auxilio de una
andadera y de su hija María Ignacia, cuando despertó la admiración del
gobernador Mario López Valdez por su simpatía.El Ejecutivo personalmente lo ayudó a sentarse en
la silla de ruedas que el Gobierno del Estado le otorgó a través del Sistema
DIF Sinaloa.?Con ruedas, ahora sí puedo ir para todas partes?,
bromeó Don Rosario comunicativo y agradecido, fascinando a medio mundo con su
buen humor. Ahora nos cuenta que muchos años atrás, oficialmente
el 5 de
octubre de 1910, nació en Las Moras, Guasave, en esta ciudad, capital agrícola
del estado. No es extraño, pues, que desde muchacho se dedicó a cultivar la
tierra.
Don Rosario es uno de los hombres del campo más
longevos de Sinaloa, según documentos oficiales cuenta justo con cien años de
edad, aunque él dice que hace 108 que nació, pero sus padres lo registraron
después.
Goza del cariño de sus cuatro hijos, en especial de los 13 nietos que le dio
María Ignacia, que sobreviven de los 17 hijos que tuvo y disfruta de la vida,
de los amigos y sus vecinos de la Calle Ahome, en la Colonia Adolfo López Mateos.
Es mucho lo que han visto sus ojos gastados. De
oficio campesino fue ejidatario hasta que le alcanzaron las fuerzas, pues luego
de rentar la tierra la vendió por necesidad.Al despedirse, en sus manos ásperas se siente la
fuerza del hombre diestro con el machete y el manejo del arado. ?Es un gusto
conocerlo Don Rosario, cuídense mucho Doña María?, los abraza Juan Ernesto
Millán, con ese respeto que despiertan las personas mayores, más cuando tienen
el espíritu de la alegría. 
Cuando sonríe Don Rosario, evocando los recuerdos,
vuelve a ser joven. ?A mi siempre me han gustado los frijoles, el chilito y las
tortillas ? ¿cómo la ve? Con
eso y respirar el aire del rancho, me siento
contento?.