Mazatlán, Sinaloa. Para exigir las escrituras que ya pagaron desde hace meses atrás por la propiedad que tienen en el fraccionamiento Cvive, familias desplazadas por la violencia que se asentaron en Mazatlán iniciaron un bloqueo de vialidades al mediodía de este martes y amenazan con permanecer el tiempo que sea necesario, incluso dormir en el plantón hasta que sus demandas sean atendidas.
El grupo de manifestantes se dividió, y mientras una parte se apostó sobre la avenida Rafael Buelna, frente a las oficinas de la Comisión de Vivienda Cvive, otro grupo bloqueó la glorieta del Valentinos, en donde se unen las avenidas Del Mar, Camarón Sábalo y la Rafael Buelna.
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José Carlos González Alarcón, asesor de Derechos Humanos de Víctimas de Desplazamiento, Migración y Colonias en Extrema Pobreza, explicó que desde hace más de 2 años un grupo de desplazados recibió el beneficio de un pie de casa o un terreno en el fraccionamiento Cvive de esta ciudad, por lo que poco a poco fueron pagando las escrituras que hoy requieren para la contratación de servicios como agua y luz.
Indicó que en el Registro Público de la Propiedad les dieron a conocer que dicha documentación ya fue entregada a la Comisión de Vivienda, en donde el personal les indicó que no se las van a otorgar por órdenes de gobernador, por lo que decidieron bloquear las avenidas de este sector de la ciudad, ante el temor de que las propiedades puedan ser revendidas a terceras personas.
“Nosotros gestionamos y el Registro Público ya tiene las escrituras para otorgar, pero dicen que no las quieren entregar por órdenes del gobernador. Entonces ellos piden o el dinero o sus escrituras. Ellos viven en fraccionamiento Cvive. No pueden poner agua, luz ni nada porque no tienen un comprobante a nombre de ellos”.
Por su parte, Bruno Torres Alarcón, también asesor y a nombre del segundo grupo de manifestantes en el acceso a la Zona Dorada, aseguró que otra molestia de los desplazados es que no están recibiendo apoyos del estado.
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Asimismo, reconoció que la titular de Sebides ha acudido a las comunidades rurales de Concordia y Rosario para entregar despensas, artículos para limpieza y otros enseres, pero insistió en que en las comunidades afectadas por la violencia son muy pocas las familias que todavía permanecen en ellas, mientras que quienes se encuentran en esta ciudad siguen siendo una carga para quienes les abrieron la puerta de su casa y les dan cobijo y alimentos.
También aseguró que el proceso para censar a las familias desplazadas está muy tardado y que los funcionarios no han buscado a quienes tuvieron que abandonar su hogar y propiedades por la violencia.
