Guasave, Sinaloa. – La temporada de pesca, que una vez representó una fuente de ingresos esencial para las comunidades pesqueras de Guasave, enfrenta un panorama desalentador.
José Óscar Camargo, presidente de la Cooperativa Río Sinaloa de El Huitussi, reveló las dificultades que enfrentan los pescadores locales, quienes están atrapados en un ciclo de falta de recursos, poca captura y la imposibilidad de financiar las operaciones básicas.
Con 30 pangas en operación, las seis cooperativas de ese campo pesquero han invertido grandes cantidades de combustible sin obtener los resultados esperados.
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“El primer día mandamos cinco pangas (a altamar), invertimos mil 500 litros de gasolina y solo se capturaron dos kilos en dos embarcaciones. Eso apenas les sirvió a los pescadores para ellos mismos, no hubo prácticamente nada para vender”, señaló Camargo.
La situación financiera de las cooperativas es crítica. Explicó que el precio del combustible y la falta de créditos para operar ha sido un obstáculo importante.
“El combustible normal nos sale en 415 pesos por 15 litros, que es lo que necesitamos para salir y regresar. Estamos hablando de que es casi un día entero en el mar para poder pescar algo, pero muchas embarcaciones no salen porque saben que no van a capturar nada”, dijo.
Foto: Martha L. Castro
La falta de capturas no solo afecta la economía de los pescadores, sino que agrava la posibilidad de mantener a sus familias.
“No hemos agarrado ni un peso desde que se abrió la temporada. Desde el sábado pasado, que ya llevamos una semana, no hemos tenido dinero para comprar pescado. Los pocos pescadores que traen algo prefieren venderlo a quien tenga efectivo para pagarles al momento”, mencionó el presidente de la cooperativa.
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A esta crisis se suma la ausencia de financiamiento para las cooperativas.
“No hubo financiamiento, ni siquiera crédito. Ese fue el problema, porque si no tienes dinero, el pescador se lleva el producto a quien se lo pueda pagar. Entendemos a los pescadores porque nosotros estamos igual, no hemos visto ni un peso desde que comenzó la temporada”, lamentó Camargo.
El dirigente cooperativo también expresó la frustración por no poder contratar ayudantes, quienes el año pasado ganaron hasta 5 mil pesos en una jornada.
“El año pasado pagamos por un solo día de trabajo, porque fue un buen día de captura nada más el que hubo. Pero ahora, ¿cómo vamos a pagar esa cantidad si no hay negocio? Sería más gasto”, agregó.
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- Fotos: Martha L. Castro
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- Fotos: Martha L. Castro
La crisis afecta no solo a las cooperativas locales, sino a toda la cadena económica que depende de la pesca. Según Camargo, el precio que se paga a los pescadores ha caído dramáticamente.
“Estamos pagando 120 pesos por kilo descabezado, pero a ellos se les está pagando hasta 60 pesos con cabeza. Eso ha generado que el margen de ganancia sea mínimo o nulo para muchos de nosotros”, explicó.
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La falta de apoyos por parte de las autoridades también ha complicado la situación. A pesar de que las cooperativas pesqueras son un pilar económico en la región, no han recibido los recursos necesarios para garantizar la operación de sus embarcaciones ni para adquirir el pescado que, aunque escaso, podría generar un sustento mínimo para las familias dependientes del sector.
José Oscar Camargo concluyó expresando su preocupación por el futuro de las cooperativas y de la pesca en la región.
“Estamos desafiando la situación con los pocos recursos que tenemos. Nos apoyamos en amigos, pero eso no es sostenible a largo plazo. Si no cambia la situación, muchos pescadores se verán obligados a abandonar su oficio, dejando a sus familias en una situación aún más precaria”.
La crisis que atraviesan las cooperativas pesqueras de Guasave exige una intervención urgente, tanto en términos de financiamiento como de apoyo para garantizar que los pescadores puedan continuar con sus actividades y llevar sustento a sus hogares. Mientras tanto, la incertidumbre sigue siendo la norma para estas comunidades pesqueras, que ven cómo cada día se les dificulta más salir al mar.
