Culiacán, Sin.- ‘Todo empezó con un dolor de cabeza que me agarró recio, una tos seca, no podía comer y tenía mucha dificultad para respirar’, susurró Brígido, mientras las lágrimas acudían a sus ojos y un sinfín de sentimientos afloraban.
Al recordar sus síntomas no todo podía ser puesto en palabras y guardó silencio por un momento hasta que le regresó la voz para seguir narrando su experiencia:
“Acostado me sentía mejor pero al caminar me agitaba”, refirió este hombre de 60 años de origen indígena, nacido en Guerrero, que venció al nuevo coronavirus en el piso de Pediatría, convertido en área de atención COVID-19 en el Hospital General de Culiacán.
Ahí estaban para despedirlo la enfermera Rosa Isabel Ureta Duarte, jefa de piso de Pediatría; la enfermera Lilia Lemus Huízar, jefa de piso de Traumatología y la enfermera Lourdes Castañeda Acosta, jefa de nivel 7, espacios destinados a la atención de COVID-19.
“Es el logro de ustedes chicas”, dijo alguien refiriéndose al personal de enfermería que ahí estaba también para vivir otro de esos momentos mágicos cada vez más nítidos y frecuentes, la positiva vivencia que les produce un buen estado de ánimo y las pone contentas a las enfermeras, pero también las hace llorar de emoción: el alta hospitalaria de un paciente que ha vencido al COVID-19.
La conexión humana de los profesionales sanitarios con los pacientes con COVID-19 es sincera y no son inmunes al sentimiento ni al virus. No son súper hombres ni súper mujeres, son seres humanos con grandes responsabilidades, muchas cosas en su mente y en sus corazones, una carga demasiada pesada para sus piernas en largas jornadas que les exigen mantenerse en pie de lucha por la salud de sus semejantes.
Por eso, antes de despedir a Brígido, aplaudieron la entrega del doctor Héctor Manuel Millán García, coordinador de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica Hospitalaria (UVEH) del Hospital General de Culiacán.
Millán García es médico epidemiólogo hospitalario, que a sus 66 años recién cumplidos, se mantiene en el primer frente de batalla ante la pandemia que enfrentamos en la actualidad. Rosario Duarte Ramos, subdirectora administrativa, destacó que la epidemiología es un servicio transversal que tiene interacción con todo el hospital.
“Que le vaya muy bien señor, que Dios lo ayude y se cuida mucho”, dijo la enfermera Lilia Lemus Huízar a Brígido, mientras una de las enfermeras que lo había atendido durante esas dos semanas de hospitalización, le daba sus medicamentos. Los aplausos de todos los trabajadores de la Salud se escucharon cuando el paciente era llevado por un camillero hacia el elevador.
“¡Sí se puede! ¡Sí se puede! ¡Sí se puede! ¡Sí se puede!”, gritaron al unísono. Ese grito se escuchaba como un “¡Lo hemos logrado, compañeras!”, con esa identificación que une a las responsables de los cuidados humanos, esa razón de ser y profesionalidad de la enfermería. En efecto, Brígido venció el COVID-19 a pesar de un padecimiento crónico y su edad.
Ante la emergencia sanitaria, el Hospital General de Culiacán “Dr. Bernardo J. Gastélum”, sigue atendiendo a pacientes con COVID-19 con resultados alentadores como es el caso de Brígido, persona privada de la libertad que fue recibida a solicitud del penal local, siendo el primer caso entre la población penitenciaria.
El paciente fue dado de alta acompañado de sus familiares y de los custodios a cargo de su vigilancia mientras recibió el tratamiento médico en el Hospital General de Culiacán. Brígido fue trasladado de regreso al penal de Culiacán con medicamentos para continuar su recuperación en condiciones de cuarentena.
