Culiacán, Sinaloa.- Para el dirigente de la Canaco Culiacán, Diego Castro Blanco, es un desatino que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, someta a una consulta ciudadana la construcción de la planta de amoniaco en el puerto de Topolobampo, ante ello, todas las organizaciones empresariales están totalmente de acuerdo con que se apoye esa inversión.
Cuestionó la decisión de dejar en manos de gentes que no tienen una habilidad técnica o científica para dar una opinión razonada para este magno proyecto, lo cierto, es que es un reducido número de personas que han hecho un modus vivendi de oponerse a este tipo de inversiones.
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo, delegación Culiacán (Canaco), Diego Castro, lamentó que la definición de esta obra responda más a intereses políticos que ecológicos, porque ya se han ganado cinco amparos de los siete interpuestos antes las autoridades competentes.
Dijo que están en juego miles de empleos bien remunerados y con todas las prestaciones de ley, más de 12 mil en todas las etapas de la planta de fertilizantes, además beneficiará con precios más accesibles a los agricultores del país y del extranjero.
“Creo que nuevamente el presidente pues se equivoca al no dar un apoyo decidido y firme a la inversión, todas las organizaciones empresariales hemos estado cabildeando y estamos totalmente de acuerdo en que se apoye esa inversión”, puntualizó.
Castro Blanco externó que los inversionistas nunca se han negado a cumplir con todos los requisitos que pide el gobierno mexicano para la construcción y operación de la nave de amoniaco, sin embargo, reconocen que la bahía donde se establecerá el complejo petroquímico ya está contaminada por los residuos de la planta de Pemex, la termoeléctrica de CFE y de las aguas del drenaje sanitario de la ciudad de Los Mochis.
Finalmente, el líder de los comerciantes en la capital sinaloense, Diego Castro, manifestó que someter a una consulta ciudadana los grandes proyectos de inversión en México, solo provoca incertidumbre entre los empresarios locales como extranjeros, y puso como ejemplo lo que pasó con la planta cervecera en Mexicali y en Texcoco con la edificación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, donde ahora el gobierno federal tendrá que pagar millonarias multas por la cancelación.
