Culiacán, Sinaloa.- Primero el cierre por la pandemia en 2020, después la reparación del drenaje pluvial en 2021, y ahora en 2022, la obra de regeneración de la avenida Álvaro Obregón, son las constantes limitantes que los comerciantes de la zona norte de Culiacán se han topado, sin oportunidad de recuperarse económicamente y crecer.
Es “el tiro de gracia” para los pequeños y medianos empresarios del sector, dice la señora Evangelina Santiesteban, al destacar que ya en tres años consecutivos, la actividad no prolifera. En su caso, su lavandería cada día se queda sin clientes, los pocos que se mantienen tienen que cargar su ropa con cuidado de no caerse entre la tierra.
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“Con esto nos dieron el tiro de gracia, porque nos estábamos reponiendo apenas de la pandemia, de otro escarbadero que hicieron hace poco, y ahora con esto haz de cuenta que nos dieron el tiro de gracia”, manifestó.
La obra va para un mes de haber iniciado, con la proyección de acabar hasta diciembre, si todo sale bien con la temporada de lluvias y las ventas han caído en promedio más del 50 por ciento, sin importar el giro de negocios: restaurantes, farmacias, lavandería, talleres, florerías, papelerías y más.
Para la señora Manuela, comerciante de una tienda de pinturas, su operación se ha dificultado, porque los clientes que llegan para cambiar el color de su carro, tienen que caminar una cuadra entre escombros y los proveedores, en general, batallan para trasladar los productos.
“Están muy bajas, no entra la gente porque no hay modo de entrar, los tránsitos no todos son accesibles, nos habían prometido que iba a haber tránsito local y no todos lo permiten, entonces nos afecta, porque ahí se hacen los colores de los carros y necesita que el carro entre para que hagan el color”, compartió.
María Sauceda, restaurantera, lamentó que no hay nada que los beneficie, no tienen acceso fácil para sus clientes, los costos operativos han subido un 30 por ciento y por la obra tendrá que construir en el patio del local para que sea el nuevo comedor, y el apoyo de gobierno no es visible.
En general, los pequeños y medianos comerciantes ven conveniente que el Estado aporte con un crédito blando, es decir, que se adapte a su realidad financiera, y no sea una afectación a largo plazo para pagar con una tasa de interés. Por parte de la Secretaría de Economía, se ha ofrecido integrarse al programa de Red Fosin.
Si bien, hay algunos negocios con sus cortinas cerradas, los mismos vecinos dicen que unos dejaron de operar a causa de la pandemia, pero no descartan que, de aquí a diciembre, otros más se sumen a la estadística, por no falta de ganancias.
