Culiacán, Sinaloa.- El presidente de la Asociación de Periodistas de Sinaloa (APS), Juan Manuel Partida Valdez, condenó el asesinato del periodista y columnista Luis Enrique Ramírez, y exigió que se haga justicia y que no quede impune como ha ocurrido con otros compañeros en Sinaloa y el país.
Entrevistado al asistir a la manifestación que organizaron diversas agrupaciones de comunicadores y organizaciones de defensa de los derechos humanos en Catedral, para pedir que se le dé celeridad al esclarecimiento del crimen, Partida Valdez tronó contra el gobierno, al acusar que persiguen a los reporteros que se atreven a decir la verdad.
Cuestionó que es increíble que se tenga esa impunidad y delincuencia creciente, mientras ellos presumen que van bien, aparte, a los periodistas los ofenden, insultan y los agravia doblemente el propio Presidente de la República.
“Exigimos justicia inmediata, clara y expedita, que quede perfectamente y puntualmente clarificado quién o porqué mataron a Luis Enrique, que se agoten todas las investigaciones y que se llegue hasta las últimas consecuencias”, reclamó.
Agregó que es evidente que los periodistas se sienten desprotegidos por las autoridades, y advirtió que continuarán exigiendo justicia a través de todas las formas posibles, porque no se puede negar que los gobernantes son corresponsables de este clima de violencia, y como prueba, el presidente Andrés Manuel López Obrador todos los días desde las conferencias mañaneras, señala a los reporteros como mentirosos y calumniadores, entre otros calificativos, y esa es la triste realidad: que siempre ponen al gremio como los malos de la película.
Cabe mencionar que el asesinato de Luis Enrique Ramírez es el noveno a nivel nacional en lo que va del año 2022.
Destacar que Luis Enrique Ramírez, director de Fuentes Fidedignas y columnista del periódico El Debate, fue privado de la libertad por individuos armados la noche del miércoles 4 de mayo cerca de su domicilio, en la colonia Los Pinos, y durante la mañana del jueves 5 de mayo fue encontrado sin vida, con huellas de violencia, en un camino de terracería que conduce a la comunidad de El Ranchito, cerca de la carretera Internacional México 15.
