Culiacán, Sinaloa.- Con el Jesús en la boca, rezando porque no llegue, pero preparados hasta con mudanza para llevarse muebles y todo lo que se pueda, así viven vecinos de Acueducto 4, ante la amenaza que significa el posible impacto del ciclón “Pamela”.
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Y es que las amargas experiencias de dos inundaciones en su historia, hacen que cada temporada de lluvias y sobre todo ante la existencia de un huracán, se pongan a las vivas y tomen sus previsiones como don Luis Quijano y Norma Ríos, dos de los vecinos afectados por estos eventos naturales.
“Yo ahorita tome la decisión de la planta de gas me ayudaron y se llevaron los cilindros, eso es un peligro tener gas, ni siquiera cerrados, apagar las pastillas, cerrar la llave del agua”, indicó.
“Las veces anteriores hemos perdido todo, ahora si nos estamos previniendo de contratar la mudanza y sacar todo”, indicó.
Luis Eduardo “N”, habitante también de este sector, que, junto con Villas del Rio, Valle Alto, y Acueducto 3 así como una parte de Bonaterra, resintieron daño a su patrimonio al entrar el agua hasta metro y medio en sus hogares, explica el protocolo que siguen cada que se conoce de un fenómeno meteorológico fuerte.
“Allá en la cocina pues subimos todos los sillones, los ponemos arriba de las mesas, subimos las sillas, sacamos todos los cajones de la cocina, sacamos toda la comida”, expuso.
Los vecinos de Acueducto 4, recordaron que tanto con el ciclón Manuel como con la depresión tropical 19-E, sufrieron la pérdida de muebles, vehículos y de la tranquilidad al estar sus viviendas asentadas en una cuchilla conformada por el arroyo Tres Estrellas, que ahora aloja los escurrimientos de fraccionamientos al norte y del dren Bacurimí a espaldas también de este asentamiento.
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En esos eventos, sólo respondieron los seguros que algunos tenían, pero del gobierno solo recibieron una pequeña ayuda de 300 pesos, algunos un kit de limpieza, pero nada de apoyo para compra de enseres domésticos. Hoy esperan que cuando menos rehabiliten el dren, le den cauce y caja al arroyo y hagan más desagües pluviales que le quiten presión al Bacurimí.
