Culiacán, Sinaloa. – Carlos Felipe fue una de las víctimas mortales que ha dejado esta ola de violencia que sacude a Culiacán. Era un niño de 14 años, con sueños, con ganas de salir adelante, y que trabajaba por una razón no solo noble sino bondadosa, comparte su familia.
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El pasado lunes 24 de febrero, un ataque a balazos ocurrido a la luz del día en un autolavado de la colonia Adolfo Ruiz Cortines, en Culiacán, cobró la vida de dos personas. Entre ellas estaba Carlos Felipe.
Apenas unas semanas después de haber sepultado a su hijo, la madre de Carlos Felipe compartió que el menor llevaba una semana y media trabajando en el autolavado donde fue asesinado.
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Entre lágrimas, su madre Rosalba Valeria explicó que Carlos Felipe era un niño muy trabajador. Antes de ingresar al autolavado, ayudaba a un albañil, pero constantemente se quejaba de las dolorosas ampollas que ese duro trabajo le provocaba.
Luego de insistir en varias ocasiones, Carlos Felipe pidió que le permitieran trabajar en el autolavado. Aunque su madre y su abuela, quienes estaban a su cargo no estaban del todo convencidas, finalmente accedieron ante la insistencia del pequeño.
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La tragedia llegó menos de dos semanas después, cuando Carlos Felipe fue asesinado en medio de este violento ataque, arrebatándole sus sueños, sus metas y dejando un doloroso vacío en su familia.
