Culiacán, Sin.– Aunque al subir a los camiones urbanos los choferes exigen a los usuarios el uso del cubrebocas, ya en los asientos se observa que muchos se los quitan o se lo colocan mal con el pretexto del calor o simplemente por comodidad.
En un recorrido realizado por Línea Directa, se pudo constatar el relajamiento de las medidas sanitarias con las que se pretende evitar la propagación del COVID-19; ya que tampoco se respeta la sana distancia y el aforo establecido.
Algunos usuarios comentan nunca se han respetado como tal, pero últimamente, en plena quinta ola, a muchas personas parece que ya no les importa el riesgo de enfermar, aunado a que los chóferes suben y suben personas hasta que los camiones van a “tope”.
“Todo el tiempo van llenos, el chofer nomas sube y sube gente y a veces nos traen como animales, cada rato frenan y es una batalla, hay gente que ya no trae cubrebocas, hay gente que sí, pero ahorita a como esta otra vez el COVID”, dijo la señora Cristina antes de abordar un camión urbano.
“Cuando salen los chamacos de la escuela, el camión urbano va hasta el tope, hasta el cuello, no guardan sana distancia, no usan cubrebocas, como si no hubiera COVID en esos lugares”, dijo Yamel Sandoval.
“Los llenan (los camiones) hasta más no poder, los choferes nomás quieren vender”, consideró el joven Orlando.
LA OTRA CARA DE LA MONEDA
El chofer de la ruta Campiña, Carlos Gonzáles, reconoce que se han relajado las medidas y considera que es por falta de cultura ciudadana, ya que son los usuarios quienes no acatan las medidas. Reconoció que él ya no exige el uso del cubrebocas, debido a que la gente no entiende y hasta se enoja cuando se le hace un comentario en ese sentido.
“Yo ya tuve problemas por andar pidiéndole a la gente que se ponga cubrebocas, de hecho, hasta un vidrio me quebraron por andar pidiendo, entonces ya no lo hago, no me conviene tener problemas con el usuario”, comentó.
Aseguró que operativos de revisión por parte de Vialidad y Transportes si hay, pero cuando detectan casos de personas que no siguen los protocolos, el chofer es quien paga los “platos rotos”.
LAS RUTAS QUE REPORTAN LOS USUARIOS
Toledo
Cañadas
Nuevo Culiacán
Vallado
Loma de Rodriguera