Culiacán, Sinaloa. Con el fin de que represente un reconocimiento y aprecio de la sociedad sinaloense a la diversidad cultural y en específico a un hombre que fue precursor de la danza moderna, los diputados integrantes de la comisión permanente de Protocolo y régimen orgánico interior del Congreso del Estado de Sinaloa, aprobó por unanimidad el dictamen que propone declarar benemérito a José Arcadio Limón Traslaviña, conocido con el nombre artístico de José Limón, y también inscribir con letras doradas en el muro de honor el nombre de “José Limón”.
Fue José Limón, precisa la exposición, quien instauró la reivindicación del género masculino, de acuerdo con la doctora Margarita Tortajada Quiroz, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza del INBA, José Limón trabajó por esa reivindicación con su presencia viril sobre el foro, los héroes de sus obras y las ideas que dio a conocer en declaraciones, escritos y en particular en su propuesta dancística moderna.
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La diputada Felicita Pompa Robles, secretaria de la comisión, dio lectura al dictamen que brindó una relatoría de la vida del bailarín José Arcadio Limón Traslaviña, quien nació en Culiacán, Sinaloa, el 8 de enero de 1908 en la calle Rosales. Fue hijo del músico y director de orquesta Florencio Limón y de Francisca Traslaviña.
En su biografía se precisa que la familia Traslaviña descendía de comunidades originarias. Los conflictos de la Revolución Mexicana en Culiacán llevaron a trasladarse a la familia al mineral de Cananea, primero, al estado vecino de Sonora, donde el padre de José Limón consiguió un trabajo como director de orquesta. Posteriormente la familia se trasladó a los Estados Unidos, donde José Limón residió de manera definitiva hasta su muerte.
Fue en los Estados Unidos, refiere, donde realizó sus estudios de manera formal en la Universidad de California en Los Ángeles. Después de ver una función de los bailarines lvonne Georgia y Harald Kreuzberg, decidió dedicar su vida a la danza, lo que le llevó a realizar grandes esfuerzos físicos y dedicarse a labores modestas en San Francisco, California, de donde partió a Nueva York haciendo autostop.
En 1946 fundó su propia compañía, la José Limón Dance Company, primera compañía norteamericana en hacer gira por Europa. Fue ahí donde comenzó su éxito. Antes, durante la Segunda Guerra Mundial, Limón fue reclutado para servir en el Ejército de los Estados Unidos. La José Limón Dance Company sigue vigente.
En 1950 fue invitado a México por Carlos Chávez, entonces director del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y dio funciones en el Palacio de Bellas Artes. Con el músico Carlos Chávez haría una colaboración para la pieza Antígona.
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José Limón realizó alrededor de 100 coreografías, creó una compañía de danza y una técnica dancística propia que lleva su nombre. En los Estados Unidos su persona y su obra son considerados puntales de la danza moderna, donde la prensa lo elogió desde su debut. Sus coreografías como la “Pavana del Moro” y “La Malinche” se siguen montando.
Sus recuerdos más remotos y gratos son los que conservó de Culiacán, rodeado de su madre y de su tía. Esos episodios los recordaría en su libro “Memoria inconclusa”, publicado originalmente en inglés y después en español por el Instituto Sinaloense de Cultura en 2009.
