Culiacán, Sin. – Desde un recipiente para conservar alimentos al uso de popotes, la presencia de nanopartículas de plástico va en incremento y de ese modo la ingesta de forma involuntaria por las personas. El uso excesivo de este material ha provocado que investigadores observen este problema, como Saturnino Díaz, catedrático de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
Al respecto, el investigador explicó que gracias a una versión modificada de la espectroscopia Raman, una técnica basada en láser para analizar la composición química de células midiéndolas como moléculas que vibran en respuesta a la luz, es que se han encontrado nanopartículas de plástico presentes en el agua a niveles muy altos, que en antaño no se podía observar bajo los métodos tradicionales existentes hasta hace cinco años.
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Y está presente en diversos artículos en gran cantidad, al grado de que el agua de consumo humano, el cálculo se ha incrementado.
“Haciendo un análisis del agua que consumimos nosotros y que está depositada en recipientes de plástico como los botellines, los garrafones, etcétera, pues podemos observar gracias al desarrollo de esa tecnología que hay muchas más partículas de las que se tenían más o menos consideradas, es decir, que, si se tenían consideradas 15 mil, 20 mil partículas, pues ahora resulta que están por niveles de los 250 mil, 300 mil nanopartículas”.
Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), cada mexicano consume en promedio 48 kilos de plásticos al año. Además, anualmente se producen alrededor de 9 mil millones de botellas de plástico, el equivalente a 216 millones de galones de petróleo.
Además, existe literatura médica que advierte que el uso de productos plásticos lleva a la ingestión y/o inhalación de grandes cantidades de partículas de microplásticos y cientos de sustancias tóxicas cuyos impactos se sospecha son cancerígenos o trastornan el desarrollo o el sistema endocrino.
Al respecto, Saturnino Díaz señaló que estas partículas en el cuerpo podrían acumularse en algunos órganos, de tal forma que podrían causar trastornos en el funcionamiento, y aun cuando no está bien definida o estudiada esta línea, hoy los estudios se tendrían que enfocar a observar qué es lo que está sucediendo con esa concentración de micro y nano partículas que se están consumiendo cada día.
Por último, el investigador recomienda que una medida útil sería liberarse un poco del uso de los plásticos como recipientes directos de uso diario.
