Culiacán, Sinaloa. Después de que el Senado de la República aprobó sanciones para quienes apliquen los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (Ecosig) o las también llamadas terapias de conversión, con penas de 2 a 6 años de prisión y multas de mil a dos mil veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización, la diputada integrante de la Comisión de Igualdad, Género, Diversidad Sexual e Inclusión, Nio Masiel Sainz Garduño, consideró que al aprobarse a nivel nacional, los estados que faltan deben de legislar al respecto.
Apuntó que en Sinaloa se legisló desde antes, quedando a la vanguardia para el resto de los estados de la República, donde para ello apuntó que se hicieron dos foros de consulta, donde se atendió a las dos partes, tanto la parte que defendía las terapias de conversión, como a la parte de la sociedad que estaba en contra.
Agregó que finalmente se determinó, con base en los derechos humanos, que debía ser prohibida y ahora está penalizado en el estado de 2 a 6 años en la cárcel, pero es más grave si se usan recursos públicos o si lo cometen servidores y servidoras públicas.
“Al ser una legislación nacional, pues me imagino que las legislaturas locales deben, ya tienen el deber de armonizar estas disposiciones, ya espero que en la próxima legislatura los demás estados, si es que faltan, que terminen de legislar esta parte, pero Sinaloa estuvo en vanguardia en esto”, dijo.
Sainz Garduño enfatizó que se ha demostrado científicamente y en la práctica que las orientaciones sexuales y las identidades de género diversas no tienen por qué corregirse, sino que deben de reconocerse.
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Abundó que las mal llamadas terapias de conversión habían resultado ser metodologías por parte de ya sea prestadores de servicios de salud como entidades muchas veces religiosas que llevaban a hijos, hijas e hijes de la diversidad sexual a procedimientos violentos.
Explicó que no reconocer la identidad de género de una persona o su orientación sexual es socavar la identidad, la salud mental de la persona, y al negar su existencia muchas veces de forma violenta hasta violaciones correctivas, sobre todo a las mujeres de la diversidad sexual.
Por último, opinó que los niveles de violencia antes mencionados no deben de ser así, pues argumentó que en el querer corregir muchas veces se socavaron la salud mental de las personas y muchas veces llevaban hasta el suicidio.
