Culiacán, Sinaloa. – El señor Francisco Jiménez acusó al personal de la Clínica Médica de la Ciudad de tener secuestrada a su esposa Manuela Rocha por no tener para abonar 90 mil pesos a la deuda de 316 mil pesos que contrajo por la atención que recibió para sobrevivir a la enfermedad del coronavirus.
Narró que ella ingresó el pasado 22 de abril y para recibirla en el área de urgencias le exigieron como anticipo 15 mil pesos, posteriormente otros 15 mil, después 2 mil y ayer jueves 39 mil, para sumar hasta el momento 71 mil pesos, sin embargo, no han sido suficientes para entregársela.
Denunció que este viernes la bajaron de la cama y la trasladaron a un sillón, violentando sus derechos humanos, ya que se pone en una condición vulnerable para tener una recaída en su salud ya que padece de asma.
Originarios del ejido El Chapeteado, sindicatura de Costa Rica, Francisco dijo que estas actitudes discriminatorias del personal médico y de la administración del hospital hacia su pareja se suman al acoso que recibe desde hace días para que les pague la deuda total.
Manifestó que es tanta la “voracidad” de esta clínica que le han pedido que les entregue el certificado de la parcela, la casa y vehículo, para poder darla de alta.
Expuso que ya tiene dos días sin comer, pensando cómo saldrá de este problema, ya que la deuda acumulada hasta hoy es de 316 mil 914 pesos y solo ha abonado 71 mil pesos.
“Sí, no me la quieren dar, ya me la dio el médico ayer de alta, quieren dinero para dármela, ya me hablaron ahorita, ya me amenazaron que si no hay dinero no me la entregan, me la están secuestrando a mi señora, me la están violentando, en total se deben 316 mil 914 y ya aboné 71 mil pesos”.
A punto de llorar, Francisco Jiménez pidió la intervención del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y del gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel, porque dijo es una “barbarie” lo que están cometiendo en contra de los enfermos de COVID-19 y sus familias en esta Clínica Médica de la Ciudad.
“Ya les di 71 mil pesos, no tengo más, de dónde les doy, tengo dos días sin comer. Yo le hago un llamado al gobernador, a la sociedad civil, al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que por favor me escuchen, ya ni aguanto, me están violentando, me están haciendo pedazos”, exclamó.
Finalmente, advirtió que si algo grave le pasa a su esposa por haberla bajado de la cama a un sillón, hace responsable a esta clínica ante las autoridades, porque primero está el derecho a la salud.
