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México.- El periodo posterior al nacimiento de los bebés es quizá la etapa más vulnerable de sus vidas, pues no solo requieren de cantidad de cuidados físicos, sino que los padres también deben mantenerse alerta a esas enfermedades poco comunes o que simplemente no son muy detectables a simple vista. Aunque analizadas a fondo, pueden afectar realmente el bienestar de los pequeños.
Es por esto que hoy te hablaremos de “galactosemia”, aquel trastorno metabólico con el que nacen algunos bebés y que los hace incapaces de descomponer completamente el azúcar simple galactosa, lo cual puede tener consecuencias devastadoras en su organismo.
¿Qué es la galactosemia?
La galactosemia es un trastorno metabólico y muchas veces hereditario, el cual está causado por problemas en las enzimas encargadas de descomponer un azúcar llamado galactosa. Es decir, la galactosa y otros productos secundarios se van acumulando en la sangre de los pacientes, lo cual puede generar lesiones en células y partes del cuerpo.
En este sentido, si a un bebé con galactosemia se le da leche, los derivados de la galactosa se acumulan en su organismo del bebé y estas sustancias terminan por dañarle el hígado, el cerebro, los riñones y los ojos. Las personas con galactosemia no pueden tolerar ninguna forma de leche y deben ser cuidadosos al consumir otros alimentos que contengan galactosa.
¿Cuáles son los síntomas de la galactosemia?
En particular, los bebés que padecen de galactosemia empiezan a presentar los síntomas luego de la primera semana de nacimiento y entre ellos se destacan:
- No alimentarse bien
- Vómitos
- Inquietud o irritabilidad
- Piel y blanco de los ojos de tonalidad amarillenta
- Cataratas
- Infecciones de la sangre
¿Cuál es el tratamiento para un bebé con galactosemia?
Según los especialistas, lo más recomendable para los bebés con galactosemia es consumir una leche de fórmula que no contenga lactosa. Es decir, deben alimentarse lo antes posible con leche de fórmula elaborada con soja, esto en lugar de tomar leche materna o animal.
Sumado a esto, los niños deben ser monitoreados constantemente para corroborar su sano desarrollo y evitar complicaciones mayores en otros órganos a causa de la galactosemia.