Elota, Sin. – La visita de una familia originaria del Jalisco a la ciudad de Los Mochis se retrasó la mañana del martes, luego que el autobús de pasajeros en el que viajaban desde temprana hora se impactara contra la parte trasera de un tráiler que estaba estacionado en el carril de acotamiento de la carretera Mazatlán-Culiacán, a la altura de Celestino Gazca, en el municipio de Elota.
Los integrantes del círculo familia solo sufrieron golpes menores en sus cuerpos y algunas heridas causadas por los cristales rotos de las ventanas por donde salieron, ya que la única puerta quedó obstruida por las decenas de tablas, además, para no entorpecer el trabajo que realizaban los elementos de Bomberos y Protección Civil que trataban de rescatar a dos personas prensadas.
Fausto, un artesano tapatío que radica en Los Mochis, relató cómo el conductor se desplazaba rebasando los límites de velocidad, además que constantemente hablaba por teléfono celular, situación que es más que sabida que no deben realizar.
El nerviosismo por la actitud del chofer no le permitió descansar y cuando se dispuso a hacerlo fue cuando ocurrió el aparatoso percance.
“Sí, desde que salió venia en muy mala actitud el conductor oiga”
¿Venia muy recio?
“Venia como enojado, venía durmiéndose y vea cómo lo despertaron; siempre venía de aquel lado y hablaba y hablaba, entonces me quise dormir tantito, cuando sentí y pues ya estoy abajo, y ahora que ya me estoy enfriando me duele y tengo una cortada, pero yo no quise irme por mis cosas, que si me quieren ayudar les digo que me echen en otro camión”.
La unidad de la línea Costa de Oro había partido de Oaxaca hacia San Quintín, en Baja California, en total viajaban 31 pasajeros, más dos operadores, varios de los usuarios abordaron en Jalisco y tenían como destino la ciudad de Los Mochis, seis horas aproximadamente tuvieron de retraso en lo que esperaron otro transporte que los llevaría a sus destinos después de la colisión.
Una y otra vez las personas culparon al conductor del cual no supieron dónde quedó, parte de los lesionados no quisieron ser trasladados para no perder sus pertenencias, relataron.
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Con el nervio a flor de piel, los cerca de 20 lesionados que permanecieron en el lugar vieron cómo el personal de grúas y la Guardia Nacional iniciaron labores para retirar las pesadas unidades dañadas y despejar la circulación, al ver la magnitud de los daños seguían sorprendidos de que no hubiera decesos.
