Culiacán, Sin.- Javier Arturo se disponía a desayunar huevos con pan y para eso acudió a una tienda ubicada cerca de su casa en la colonia El Vallado, pero nunca se imaginó que ese alimento sería su último antojo.
El habitante de esa colonia regresaba por la banqueta de la calle Puerto Escondido hacia su domicilio con una bolsa con huevos y pan, pero antes de llegar a su casa ubicada sobre la calle Puerto Yavaros, cerca de una guardería fue interceptado por un gatillero que le disparó en repetidas ocasiones.
Las balas que impactaron en su cuerpo le quitaron la vida y evitaron que degustara su último antojo, la mañana nublada de este jueves en el poniente de la ciudad.
Javier Arturo quedó sin vida en la esquina de las calles Puerto Escondido y Puerto Yavaros, y su cuerpo fue cubierto con una sábana blanca, la cual tenía manchas de sangre por las heridas producidas por proyectil de arma de fuego que presentó en la cabeza y espalda.
Una vecina que estaba en el lugar, dijo con voz baja “qué feo”, “yo escuché los balazos y me temblaron las piernas”, y sin más palabras se retiró del lugar, mientras que personal de la Dirección General de Investigación Pericial procesaba la escena del crimen.
La actividad en la guardería no se vio afectada por el homicidio doloso, y uno de dos menores de edad que llegaron con su mamá, observó fijamente hacia donde estaba el cuerpo sin vida y en al menos dos ocasiones trató de dirigirse hacia el cadáver.
Quizá la curiosidad fue lo que causó que no despegara la vista hacia el cuerpo, pero finalmente ingresó a la estancia infantil donde fue recibido junto con el otro menor de edad por una de las trabajadoras de la misma.
Finalmente, el cadáver fue llevado al Servicio Médico Forense, y tal vez los únicos que supieron lo que iba a desayunar Javier Arturo fueron los socorristas de Cruz Roja, además de peritos e investigadores que se encargaron de realizar las diligencias en el lugar.