Culiacán, Sin.- ¿Es Jorge?, preguntaba una vecina con lágrimas en sus ojos al dirigir su mirada hacia el acceso principal de un domicilio en el que se encontraba su cuerpo boca arriba a un costado de la calle Mina de La Colorada en la colonia La Costera.
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Eran minutos después de las 07:00 de la mañana cuando algunos vecinos observaron que una patrulla de la Policía Municipal de Culiacán pasaba por la calle citada, entre la avenida 22 de Marzo y la Presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Otros más observaban desde la calle o sus viviendas lo que pasaba en el lugar, donde a simple vista se apreciaba que uno de los pies con el calzado negro de Jorge Ricardo estaba justo a la entrada de su vivienda.
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Al transcurrir los minutos, llegaban al lugar unas personas con short y playera de dormir y otras más con pantalón deportivo y playera, y desde el área que estaba acordonada, empezaban a platicar entre ellos: “a mí me despertaron los balazos, se oyeron cinco chingazos y después dos”.
Otro curioso decía: “se oyeron separados y al ratito los otros”.
Uno más comentó: “escuché algo así como una .9 milímetros o una .380”.
Las detonaciones de arma de fuego que todos escucharon en esa calle, nunca imaginaron que dieran en la humanidad de uno de sus vecinos llamado Jorge Ricardo, y de otra persona de nombre Flavio Guadalupe en la colonia La Costera.
