Guasave, Sin.- Clamando por justicia para su hijo asesinado se la ha pasado desde finales del año pasado don José María Ahumada, pero en la Fiscalía General del Estado simplemente lo han ignorado y sus exigencias se han estrellado con un muro de indolencia e indiferencia, de quienes se supone están para investigar esas muertes violentas.
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El pasado 20 de diciembre, el hombre que está a punto de llegar a las seis décadas de vida, recibió la peor noticia que a un padre se le puede dar, una voz detrás de la bocina del celular, le informaba que a su hijo lo habían dejado sin vida junto a la carretera Guasave-Casa Blanca, en la comunidad de San Pedro Paredes.
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Don José María narró a Línea Directa que a su hijo le quitaron su existencia con varias heridas de arma blanca, y a casi seis meses de su crimen, las investigaciones siguen sin mostrar el más mínimo avance a pesar de las súplicas que ha hecho a las autoridades de la Fiscalía para que cumplan con su trabajo y se le haga justicia a Olvin.
“Le están dando muchas vueltas al asunto y siempre que voy me dicen que están muy ocupados, que aún no se han dado tiempo de iniciar las investigaciones, vuelvo a ir y me dicen lo mismo, hacer un llamado a las instancias correspondientes para que inicien porque ya el 20 de este mes se cumplen seis meses del asesinato de él, estoy cargando con mucho dolor para que vaya y me digan que aún no hay nada”, señaló.
El vecino de La Cofradía, consideró que existe un total desinterés por parte del personal investigador de la Fiscalía por esclarecer homicidios como el de su hijo y le apuestan al olvido, pero aseguró que él no descansará hasta que se esclarezca la muerte de su Olvin, por lo que su lucha apenas comienza.
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“Completamente indiferentes ante este caso, inclusive yo le llamé la atención a uno de ellos, les dije que si le estaban echando tierra a la carpeta porque era muy usual ya en estos tiempos de darle largas al asunto para que uno se enfade, pero yo no voy a descansar hasta que se haga justicia, el dolor que sentimos nosotros como padres es muy diferente al de ellos, el trabajo es de ellos”, mencionó.
El hombre de 59 años visita casi todos los días el epitafio que colocó en memoria de su hijo en el lugar donde fue encontrado asesinado, y por el recuerdo de su memoria, asegura que aunque hay días que el dolor apenas lo deja ponerse de pie, no descansará hasta que los asesinos de su descendiente sean puestos tras las rejas.