América y Tijuana han tomado una ventaja que para algunos podría ser determinante. Las Águilas jugaron por nota con un planteamiento que sorprendió a los Diablos Rojos para superarlos 2-0, mientras que los Xolos no tuvieron ningún respeto por el superlíder Cruz Azul al que golearon 3-0.
En ambos juegos el marcador pudo haber sido más holgado a tal grado de que el choque de vuelta se convertiría en un duelo de mero trámite. Sin embargo, todos sabemos de la capacidad de la Máquina y de unos choriceros que todavía respiran aquel 4-0 que le endilgaron a los emplumados sobre el final del calendario regular.
Además, el 2-0 siempre ha sido el marcador más engañoso que existe en el balompié. Toluca se salvó de un resultado más escandaloso que hubiese sentenciado la eliminatoria, por las fallas de Rodrigo Aguirre que al final de cuentas terminó siendo su verdugo con ese par de anotaciones.
Pero ahora hay dos cosas que juegan a su favor: van a su cancha el sábado, donde han resultado casi invencibles, y su posición en la tabla les permite que con una pizarra idéntica estarían avanzando a las semifinales. ¿Lo pueden hacer? ¡Claro que sí! Están heridos de muerte, pero los milagros existen.
Para Cruz Azul tampoco es imposible revertir ese 0-3 en su cancha. Pedro tendrá que realizar un partido perfecto, y cincelarlo con ese sello que les caracterizó en todo el rol regular en el que solo perdieron un desafío. La tarea, desde luego, no será nada fácil.
Xolos es un equipo al que Juan Carlos Osorio le cambió por completo el rostro y su fisonomía. Los ha sacado del fondo de la porcentual y los metió a una liguilla a la que nadie los visualizaba antes de arrancar la temporada.
Ellos tuvieron también la oportunidad de haber sentenciado la llave. Fallaron a diestra y siniestra, y no aprovecharon que, desde el primer tiempo, los capitalinos se quedaron con 10 hombres por la expulsión del defensor Jorge Sánchez.
Tras esa tarjeta roja muchos suponíamos que por su ventaja numérica sobre la cancha conseguirían al menos un par de anotaciones más. Pero no sucedió. Y quiérase o no, eso mantuvo viva las esperanzas de Cruz Azul de no quedar fuera a las primeras de cambio y sumarse a la lista de la maldición del superlíder.
Al final de esa jornada del miércoles, surgieron muchas conjeturas. Unos culpando esos reveses por la inactividad de casi 18 días motivada por los juegos de la selección en torneos moleros, y otros, como el del técnico choricero, Renato Paiva, quien señaló que el América le tendió una trampa “por el sistema de juego que aplicó”. Sus declaraciones causaron risa.
Ambos marcadores resultaron trasparentes y aquellos que vociferaron que el América de nuevo necesitaría de la ayuda arbitral, no usaron las redes sociales para nada después del juego.