Después del “parón” por las fiestas decembrinas que, en mi opinión, no fue tal, toca continuar analizando lo que sucede con las Universidades Autónomas. En Sinaloa existen dos que sobresalen, la UAS y la UAdeO.
La Universidad Autónoma de Sinaloa está siendo víctima de una pésima gestión por parte de sus dirigentes. El año pasado se destaparon varias cloacas que, a priori, no huelen nada bien.
Tanto, que el rector anterior, Jesús Madueña Molina, debió ser separado del cargo pues enfrenta procesos penales en los que ha sido vinculado a proceso. El actual rector Robespierre Lizárraga Otero, también está siendo señalado, así como los integrantes del Comité de Adquisiciones. Los procesos continuarán esta semana y ya iremos viendo cómo se desenvuelven.
Y todo esto viene a colación, porque el encargado de despacho de rectoría, Robespierre Lizárraga, ha salido a declarar que la UAS no tiene recursos para pagar la primera quincena de enero, y con desfachatez señala que el gobernador del estado no ha apoyado ni ha sido generoso con la UAS.
La realidad es que, a pesar de la presunción de malos manejos y de los ataques políticos contra el mandatario, este no ha regateado el apoyo para la máxima casa de estudios, cada que puede y se ofrece, anuncia más dinero para la universidad.
Otro gobernador, ante los señalamientos de corrupción que obran sobre la dirigencia universitaria, ya habría cerrado la llave de los recursos, pero la comunidad universitaria no tiene la culpa, y Rocha Moya, lo entiende perfectamente.
En diciembre gobierno del estado desembolsó 220 millones y realizó la gestión de 200 millones más para un total de 420 millones de pesos, y cubrir así el pago de aguinaldos y la última quincena del año.
Me parece increíble que una institución tan grande tenga problemas para pagar la nómina. Presupuesto y recursos, tienen. Bajo cualquier supuesto administrativo, podría entender que de repente hiciera falta dinero para el pago a proveedores al cierre de año por alguna situación emergente, o recorte en la inversión de infraestructura, pero el salario de los empleados es “sagrado”, no se toca, y es increíble que la UAS no tenga una planificación financiera adecuada.
Si en diciembre Casa Rosalina no tiene para pagar aguinaldos, no es otra cosa que una mala administración y una pésima gestión administrativa de sus recursos. Asimismo, es una falta de respeto a los trabajadores que no respeten su salario y pisoteen sus recursos utilizándolos a su antojo.
De la Universidad Autónoma de Occidente
En la Casa de los Linces también se cuecen habas. Los problemas de la UAdeO son diferentes.
El proceso para la elección de rector dejó seriamente tocada a la institución. A decir de buena parte de la comunidad universitaria, el proceso fue desaseado, opaco y que ha dejado más dudas que respuestas.
La toma de protesta del Dr. Pedro Flores Leal ha sido en medio de manifestaciones que han ido subiendo de tono. La información que corre por parte de la base trabajadora es de queja, comunicados y hasta memes en los que manifiestan la inconformidad por el nombramiento del nuevo rector.
En esa ‘disputa’ universitaria, ¿quién tiene la razón? En mi opinión, hay verdades que no permiten claroscuros.
El rector ya es rector, y ha sido electo por parte de la junta de gobierno, tal como lo señala la ley orgánica.
Otra realidad, es que jamás exhibieron el acta de asamblea de la junta en la que deben aparecer cuando menos los votos de cinco integrantes.
Una más, la unción de Pedro Flores ha sido “con calzador”, se parece más a una imposición a la comunidad universitaria, que un consenso por parte de la junta y la base de la UAdeO.
Es complicado medir la cantidad de apoyo que cada bando posee, pero definitivamente la disidencia “grita más fuerte”, se han hecho sentir con más fuerza y han sabido posicionar mejor su mensaje.
Desde la administración, me parece un error que desconozcan la manifestación y le tachen de ilegal, los trascendidos de amenazas y persecución política le abonan poco y nada a la salida del conflicto.
Creo que la ruta debe ser el diálogo, establecer mesas de trabajo entre disidencia y rectoría, hallar puntos de coincidencia y transitar en una ruta que permita a la comunidad lince avanzar.
El conflicto está empañando la gestión con balances positivos de la Dra. Sylvia Paz Díaz Camacho, los señalamientos en su contra van en aumento y me parece desafortunado que sea una falta de visión política la que termine ensuciando el legado de la exrectora.
Digo esto, porque creo, que Pedro Flores tiene ante sí mismo la oportunidad de “diferenciarse” del tristemente célebre Jesús Madueña Molina, exrector de la UAS. Flores Leal tiene la oportunidad de construir el consenso y pasar a la historia como el rector que dio democracia y transparencia a la UAdeO.
El inicio de su rectorado, será marcado por el rechazo del sindicato y buena parte de la comunidad universitaria, pero está en él, optar por el camino de la humildad, el diálogo y la construcción de acuerdos o caminar por la ruta de la soberbia, el conflicto y utilizar la “ley del garrote” para imponerse.
La segunda opción es un camino peligroso, lleva a una ruta más parecida a la tiranía y los cacicazgos, lleva a parecerse mucho más al “cuenismo de la UAS” y definitivamente, eso es algo que será rechazado no solo por la comunidad universitaria sino por toda la sociedad sinaloense.
“Los cacicazgos duran, hasta que el pueblo quiere”, ha dicho AMLO.
Vanessa Félix