Culiacán, Sinaloa, 09 de octubre 2023. En el colmo de la inconsecuencia y el despropósito, el expresidente Felipe Calderón ha propuesto que la “oposición”, ese batidillo prianredista comandado por la privada iniciativa y sus epígonos, le pida a Estados Unidos “que vigilen la legalidad de las elecciones generales de 2024” en nuestro país.
Grave de suyo, y condenable (más allá del señalamiento crítico, pues tal llamado tiene serias implicaciones legales) que un exmandatario pugne por la intervención extranjera en asuntos de la estricta competencia de los mexicanos.
Además de su actitud vende patrias y su plena ignorancia de la historia, su escaso entendimiento no les da para entender la verdadera dimensión de lo que han sido las relaciones México-Estados Unidos.
Al respecto, conviene recordar algunos (solo unos cuantos) referentes incontestables.
COMO VULGARES BANDOLEROS
El 11 de mayo de 1846, siendo presidente James K. Polk, Estados Unidos declaró la guerra a México con el motivo “formal” del conflicto texano-mexicano.
Antes, desde enero y sin declaración de por medio, el ejército norteamericano había ocupado los puertos de San Francisco, California (estado que pertenecía a nuestro país), Mazatlán y Acapulco.
También, sin previa declaración de hostilidades, el 27 de marzo del mismo año, los estadounidenses tomaron el puerto de Veracruz luego de disparar más de 6 mil 700 proyectiles sobre la población civil. En septiembre cayó la ciudad de México y los soldados del “vecino del norte” incurrieron en tal pillaje que ni los templos se escaparon.
Durante la ocupación, Polk estableció impuestos extraordinarios a los mexicanos argumentando “derecho de conquista” y que la población era sujeta de “vasallaje temporal”.
Cuando las hostilidades cesaron oficialmente, el general Winfield Scott, al mando de la tropa estadounidense, permitió que su tropa agrediera a la población y ordenó azotar a los rebeldes en la calle.
Y HAY MUCHO MÁS
James Monroe fue presidente de los Estados Unidos entre 1817 y 1825. Fue el creador de la llamada “doctrina” que lleva su nombre y se le atribuye la frase: “América para los americanos”.
Desde entonces, el gobierno de ese ese país ha venido asumiendo que América le pertenece y esa es, matices y formas aparte, la perspectiva que guía sus actos.
El 19 de abril de 1914, Woodrow Wilson obtuvo autorización del Congreso yanqui para emplear la fuerza en México y dos días después mil 500 soldados, perfectamente armados, se posesionaron de Veracruz. El 21 de abril, 300 mexicanos fueron asesinados por los agresores extranjeros.
En 1919, México no fue admitido en la recién creada Sociedad de las Naciones (antecedente de la ONU) por presiones directas de Washington; años después, cuando la expropiación petrolera, el diputado Joseph Kennedy, fundador de la famosa dinastía, dijo que México era “una nación de bandidos”. Lo siguen diciendo.
EL AGACHISMO Y LA CORRUPCIÓN PRIANISTA
Hay una profunda ignorancia de los antecedentes históricos y una deshonesta marginación de los términos en que se han manejado, desde siempre, las relaciones entre los dos países, siempre con la notable desventaja de México ante abusos y agresiones.
Estados Unidos ha tenido a su favor que los gobiernos mexicanos del prianismo, todos ellos, fueron corruptos contumaces, aparte de ineficaces para proteger los intereses nacionales.
Sin asomo de duda, el trato histórico, que permitieron agachando la cabeza para engordar la bolsa los prianistas, está caracterizado por el abuso, la prepotencia y el menosprecio. En los tiempos que corren la diplomacia impone ciertos matices, cambios de apariencia, pero el signo profundo se mantiene y sale a flote en cualquier oportunidad.
EN EL TINTERO
- Se recrudece la guerra que en realidad no ha tenido fin ni tregua real entre Israel y los palestinos. Causas de fondo que parecen irresolubles.
- El llamado de Calderón al intervencionismo extranjero es sencillamente condenable en todos los sentidos.
- Los concesionarios de aeropuertos del país, abusan no solo con la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) que cobran, sino prácticamente en todo, desde estacionamientos a servicios en general. Son el Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur), el Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) y el Grupo Aeroportuario del Centro Norte (OMA). Seguirán, mientras los dejen.
- El capitalismo desbocado, la enfermiza acumulación de la ganancia y el calentamiento global, la crisis climatológica, van de la mano, les guste o no a los epígonos del desastre que no se quiere ver. ([email protected]).