Trump ganó la elección presidencial en Estados Unidos de manera arrolladora. Obtuvo la victoria en los siete estados bisagra, los votos requeridos en el Colegio Electoral, ganó la votación popular, la mayoría en la Cámara de Senadores y muy posiblemente la Cámara de Representantes. Llegará a su segundo mandato presidencial, que iniciará el 20 de enero del próximo año, con un poder político extraordinario.
El Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), suscrito en diciembre de 2019 por los presidentes Trump y AMLO, ha sido la herramienta más importante para promover el crecimiento, la inversión e innovación en nuestro país. En materia de libre comercio, México ha sido el país que más beneficios obtuvo en el primer mandato de Trump, cuando su gobierno impuso fuertes restricciones comerciales a China. Justamente, el crecimiento de las exportaciones mexicanas se reflejó en aquellos sectores e industrias en las que Trump aplicó mayores aranceles a China. A nivel mundial, México ocupa hoy el primer lugar en exportaciones hacia Estados Unidos. Recientemente, estas exportaciones han alcanzado niveles impresionantes por el orden mensual de los 48 mil millones de dólares.
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La renegociación del T-MEC se concretará durante el primer semestre del 2026. Desde ahora, el gobierno de la República, las empresas y los sectores productivos se tienen que preparar para defender los intereses de México. Sin duda, esta será una ruta larga, complicada e incierta conociéndose ya el liderazgo intimidatorio y agresivo de Donald Trump, quién seguramente va a chantajear a nuestro país con los temas de migración y fentanilo, que van a contaminar mucho la construcción de un nuevo acuerdo comercial.
A diferencia de otros estados del país como Nuevo León, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Jalisco, Guanajuato y Querétaro que han consolidado sus economías orientadas a la exportación, Sinaloa no ha logrado ganancias sustantivas desde que se firmó el TLC en la distante década de los años 90´s ni tampoco con el T-MEC.
Estructuralmente, la economía sinaloense sigue siendo primaria. Nuestra entidad capta apenas un 0.5 % de la Inversión Extranjera Directa que recibe anualmente el país. Las exportaciones totales de Sinaloa significan el 1.5 % de las exportaciones nacionales. Porque no cuenta con una base exportadora sustentada en las manufactura y no compite en la atracción de empresas de base tecnológica, Sinaloa tiene un déficit en la globalización de su economía. Lo que en Sinaloa tendrá que hacer, en el complejo proceso de renegociación del T-MEC en puerta, será cuidar las exportaciones de tomate y camarón para que no se les impongan demandas de dumping o embargos que les impidan acceder al mercado estadounidense. También habrá que resolver el problema del estatus sanitario de la ganadería local, que ha impedido la exportación de becerros en pie desde el año 2017.
Trump presionará de manera drástica, pero no va a cancelar el T-MEC. Por razones de geopolítica y para enfrentar a China, Estados Unidos necesita integrar más a México. De salida en las negociaciones, ello nos ubica con una ventaja estratégica.
