El técnico mexicano está muy devaluado en su propio país. Los clubes de la Liga MX han apostado más por el entrenador extranjero que el hecho y formado en propio suelo azteca, tal y como lo indican los porcentajes en este campeonato clausura 2024 donde solo cuatro de 18 plazas disponibles encontraron un banquillo.
La baraja renovada ha terminado con el control de los entrenadores de siempre cuya lista se convirtió en un carrusel. Las caras nuevas y con estrategias innovadoras ha sido la apuesta de muchos dueños de clubes, aunque no a todos les termine siendo acertado y exitoso ese movimiento. El cambio generacional lleva como propósito alcanzar los resultados que no se obtuvieron con los tradicionales, por no decir que con los mismos de siempre o de toda la vida.
Hoy la Liga es dominada por una legión de extranjeros, sin que todos tengan el mismo nivel de conocimiento, de preparación o de suerte. Para este torneo, al que ya se le consumieron nueve jornadas, llegaron solo cuatro entrenadores mexicanos a ocupar un lugar en ese banquillo más caliente que una brasa. El resto cruzó nuestras fronteras.
Y mientras que las plazas cada vez se disminuyen para los nuestros, estos tienen que salir del país buscando no solo ejercer ese cargo sino conseguir para el sustento familiar. Allí están los casos, entre los más reconocidos, de Luis Alfredo Tena dirigiendo a la selección de Guatemala; Carlos de los Cobos con El Salvador; Héctor Altamirano (Herediano) y Paco Palencia (Sporting) en Costa Rica, elementos que alguna vez estuvieron en uno o más banquillos en el balompié azteca.
Pero como los malos resultados no diferencian a mexicanos o extranjeros, da la casualidad que en tan nueve jornadas un par de elementos nacionales ya dejaron su cargo, en este caso Ricardo Carbajal con Puebla y Diego Mejía con Bravos de Juárez, reduciendo así la lista y opacando más la capacidad del entrenador hecho en México.
El torneo podría concluir con un solo director técnico doméstico, si el hilo se revienta por lo más delgado, como suele suceder, en el interior de Xolos de Tijuana, donde la continuidad de Miguel Herrera pende precisamente de un hilo a punto de reventarse, dejando solo a Eduardo Fentanes (Necaxa) como el único técnico mexicano en una silla de la deteriorada Liga mexicana de balompié.
Por lo pronto para los clubes aquel carrusel de hace poco menos de una década, ya dejó de funcionar, y el interés por los entrenadores mexicanos, al menos en su propio país, es menos interesante e importante conforme pasan las campañas.