Jesús Sommers es un histórico de la pelota profesional en México. Lo sustentan las 22 temporadas que jugó con 13 diferentes equipos en la Liga Mexicana de Beisbol y también con varios equipos del Pacífico, donde su único campeonato lo ganó con Tomateros de Culiacán convirtiéndose en el gran héroe con aquel cuadrangular del 29 de enero de 1978 contra Kevin Bruce Stanfield y los Cañeros de Los Mochis.
Pero la carrera del guaymense como estratega ha sido el reverso de la medalla. No ha tenido la suerte de levantar un trofeo en calidad de timonel, y ha transitado por el mismo escabroso que otros que han sido unas súper estrellas como jugadores como el caso de Héctor Espino que en esa faceta nunca tuvo éxito.
A Sommers lo despidieron los Tigres de Quintana Roo el jueves pasado cuando apenas se consumía una cuarta parte del calendario regular. Los felinos estuvieron navegando en el fondo del grupo casi desde el arranque del campeonato y la directiva decidió darle las gracias. El equipo ganó apenas 11 partidos y perdió 18 durante el tiempo que estuvo al frente de la organización.
Los Tigres le apostaron a la experiencia del “Guapetón” aun sabiendo que como timonel no ha ganado nada. Siendo el manager más longevo de entre los 16 dirigentes, Jesús dejó el escritorio para volver al terreno de juego posiblemente ilusionado con cerrar su libro con un campeonato. Pero la suerte en ese rubro nunca ha estado de su parte.
No ha sido tampoco la primera vez que su cargo resulta tan efímero. En su última aparición como timonel (2015), antes de firmar con Tigres, los Broncos de Reynosa lo despidieron en la jornada 17 tras un pésimo récord de 5-12 en ganados y perdidos. Ese año, como ahora, fue el primer manager cesado. Una actuación similar le costó la chamba dos años antes con Minatitlán.
En invierno tampoco hizo huesos viejos aquella ocasión que Mexicali le abrió las puertas para dirigir. Después de 20 encuentros los Aguilas lo botaron, entrando a una estadística nada agradable de la franquicia en la que un timonel es despedido antes de consumirse la primera vuelta y cuya lista la encabeza Bobby Magallanes que en la 2007-2008 solo dirigió 11 partidos ganando 1 y perdiendo 10.
Tigres quizá haya sido la última para para el poseedor del récord histórico de más hits en Verano (3,004), aunque nada está escrito. Recordar que tras su salida de Reynosa en aquel 2015, días después estaba dirigiendo a los Rieleros de Aguascalientes, una temporada en la que junto con Lino Rivera y Félix Fermín iniciaron al frente de un club y terminaron con otro.
RELEVO. El lugar de Sommers lo ocupó Adán Muñoz, aquel cañonero zurdo que ganó un campeonato de bateo jugando para los Tomateros. El empalmense llegó a los Tigres ya iniciada la temporada tras no encajar en los planes de Oaxaca, convirtiéndose en uno de los 15 jugadores con 40 o más años todavía en activo esta campaña.
Muñoz tal vez nunca se imaginó que además de tener trabajo con los felinos terminaría siendo la máxima autoridad del equipo. Adán engrosa además esa lista generacional de nuevos estrategas que mucha falta le hacen a la pelota mexicana. Ya vimos como el año pasado Sergio Omar Gastélum debutó con los Guerreros llevándolos a la final del segundo torneo, y que en invierno hizo lo mismo con Ciudad Obregón.
Muñoz tal vez estaba mentalizado en otros aspectos de su carrera a la que le sumó su temporada número 21. Pero la oportunidad de iniciar una carrera que también pudo haber estado entre sus proyectos a la hora de retirarse, no la podía desaprovechar.