Los Venados de Mazatlán le han dado las gracias al manager Luis Carlos Rivera y colocaron el letrero de “vacante” en el vestidor, pero este fue solo por unos minutos. La organización no quiso ser muy paciente y consideró que, cambiando de estratega, el rumbo de su equipo podría cambiar sustancialmente luego del pésimo arranque en el que registran 4-11 en ganados y perdidos.
Rivera llevó a los porteños a la final del torneo pasado, misma que perdieron ante los Naranjeros de Hermosillo, pero aquello quedó para la historia y lo que el club, como todos, necesita vivir del presente. Luis Carlos dejó el banquillo que será ocupado por el bombero de muchos años con ese club, Juan José Pacho.
Los managers saben que siempre hay que tener las maletas listas, en la puerta y sin desempacar totalmente su equipaje. Ellos tienen una fecha de llegada a la organización, pero no de regreso. Su posición es la más incómoda porque dependen de resultados.
Rivera no es el primer timonel cesado en el amanecer de un campeonato. Hace cuatro años el veracruzano Pedro Meré protagonizó esa película con los Águilas de Mexicali. Le dieron las gracias apenas transcurridos ocho juegos –todos perdidos-, pero su despido no fue la solución para los fronterizos.
El invierno pasado los Yaquis de Obregón se desprendieron de Gerardo Álvarez pero a la mitad del calendario (30 juegos, con récord de 14-16). En su momento fue el primero en la lista de los timoneles que se quedaron sin chamba en la edición 2023-24.
En la actual campaña otros managers pueden estar en la cuerda floja aun y cuando esto apenas comienza, porque, repito, la tolerancia no existe en una temporada tan corta. Y aunque algunos se blindan con contratos donde no serán despedidos, al final de cuentas terminan corriendo esa suerte.
Tal parece ser el caso de Vinicio Castilla con los Sultanes de Monterrey. El Vinny acordó un contrato por 3 años, suceda lo que suceda. Su equipo no avanzó a postemporada el torneo anterior y actualmente la situación no le favorece al compartir el incómodo último lugar con Mazatlán.
¿Lo aguantará la directiva?
La situación para Benjamín Gil con Charros tampoco es muy cómoda. Gil hizo historia con Tomateros ganando cuatro títulos en poco tiempo, algo que nadie había logrado. Pero todo tiene un principio y un fin. La relación de Benji con la directiva Guinda se desmoronó y el año pasado sus servicios ya no fueron requeridos.
Con Guadalajara, Gil navega en los últimos lugares. La paciencia de los directivos también podría terminarse en cualquier momento. Sin embargo, el tijuanense parece tener más argumentos en cuanto material humano como para evitar esa salida por la puerta trasera.
Esperemos.