Mi hijo mayor, tiene diecisiete años. Décadas antes, en esa misma edad, previo a salir del bachillerato, a mis compañeros y a mi nos agobiaban las mismas dudas. ¿Qué debemos estudiar? ¿Cuál será la mejor carrera? ¿Debemos elegir la que más nos guste o en la que mejor nos paguen? ¿Y si lo que nos gusta no tiene buenos salarios? ¿Y si pagan bien pero no es lo mío?
Escribo con cariño a los hijos e hijas y los padres que están en esta difícil etapa decisional. Es una reflexión que lejos está de ser un consejo. Son ideas que podrían ayudar a poner puntos de claridad sobre el futuro siempre incierto. Al elegir una carrera como parte de la profesión que se busca ejercer en el futuro, hay cosas elementales como: el gusto y la afinidad por la actividad, la posibilidad de acceso a la escuela o universidad que oferta la carrera, las referencias profesionales que se tienen respecto a egresados de la misma profesión o similares, en fin.
Lo primero es tener clara la diferencia entre tres palabras claves: A) Profesión, B) Pasión y C) Pasatiempo. En mi generación y otras, hay muchos que las confunden. El pasatiempo es una actividad lúdica que sirve para entretenerte y divertirte, esta puede cambiar en el tiempo. A mi hijo menor le gusta tocar la guitarra, es su pasatiempo favorito, quiere formar un grupo musical con sus amigos y ensayan en un garaje como Ritchie Valens y los Lobos.
A mi me apasionan los toros, la tauromaquia y las expresiones artísticas que se crean en su entorno. En la música los pasos dobles, en la literatura la obra de Hemingway y la poesía de Guadalupe Amor, en la pintura los trazos de Miró, Picasso y el maestro Raúl Anguiano y en la danza el folclore flamenco y la charrería como deporte nacional. Pero tengo claro que nunca seré torero, ganadero, pintor, poeta, bailarín o mozo de espadas.
La elección de la carrera está íntimamente vinculada con la profesión que uno quiere ejercer, no se puede elegir únicamente por pasión o pasatiempo. Lo que sea que vayas a estudiar tiene que satisfacer en presente y futuro una aspiración profesional, eso a lo que dedicarás tu tiempo y que será -en el mejor de los casos- una fuente de ingreso.
En internet hay mucho contenido diciendo lo contrario. Que debes entregarte a tus pasiones y hacer de tus aficiones tu vida. Si te gusta la música debes ser músico y nadie se debe “entrometer” en tus sueños. Bueno, está bien. Pero si quieres ser un buen músico, no solo debes aprender a tocar un instrumento, si quieres hacer de la música tu profesión y oficio, entonces habría que estudiar formalmente sobre ella. Periodos, compositores, partituras, instrumentos, géneros y complejidades que requieren una profunda comprensión de cosas tan interesantes como la matemática y su métrica.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, en México las 5 carreras con el mayor número de egresados son: 1.- Abogado, 2.- Administrador de empresas, 3.- Contador, 4.- Ingeniero industrial y 5.- Psicólogo. El mismo estudio pone las 5 carreras mejor pagadas en nuestro país: 1.- Medicina con especialidad, 2.- Economía, 3.- Medicina general, 4.- Ing. Mecánica eléctrica y 5.- Ciencias computacionales. Y las 5 peores pagadas: 1.- Docentes, 2.- Intervención educativa, 3.- Trabajo social, 4.- Profesor de asignatura específica. Los datos del IMCO van más allá, las carreras con mayor porcentaje de egresados desempleados en México son: 1.- Ecología y ciencias ambientales, 2.- Industria minera y extracción, 3.- Artes, 4.- Criminalística y 5.- Nutrición.
¿Debo decirle a mi hijo que no estudie Ecología o Filosofía? ¿Debo recomendarle que sea cirujano o ingeniero electrónico? Claro que no, no se trata de decirles que estudiar o que no estudiar. Se trata de que ellos hagan una exploración exhaustiva partiendo de sus capacidades, afinidades y gustos, que busquen información de las carreras que llaman su atención, que revisen las materias que forman parte de la curricula y si les es posible que busquen egresados que pueden ser referentes para analizar su aspiración vocacional.
Y si elige ser abogado, ayúdale para que conozca a los litigantes privados penalistas, laboristas, fiscalistas, que se den una vuelta por la Fiscalía General o por los juzgados federales. No es difícil y siempre tendremos un amigo, conocido o pariente en el área jurídica de una empresa, de un gobierno, de un juzgado menor. Que explore, que camine, que pregunte y analice el quehacer de los profesionales en derecho. Será su decisión, pero es nuestro deber ayudarles a encontrar los hilos más finos de la compleja madeja.
Por último, consejo de padre a padre: No le tengan miedo a que sus bachilleres elijan carreras que no conocemos o que no había en nuestro tiempo. Hay quien se empeña y obsesiona en que sus hijos sean médicos, pero pueden estudiar dentro de las Ciencias Médicas: Ingeniería en software de la salud, Tecnologías Biomédicas, Inteligencia artificial y ciencia de los datos clínicos, Bioquímica Diagnóstica, Física Biomédica, Química farmacéutica y tantas opciones más, por cierto, carreras con gran oferta laboral y con sueldos muy competitivos. Luego le seguimos…