Culiacán del caos vial, los retenes, baches y topes, Sinaloa, 18 de febrero 2019. Destacando revistas muy bien vestidas, no hace mucho (en el sexenio pasado) en fuentes de la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno de Sinaloa, se nos aseguraba que son alrededor de 200 las publicaciones que en Sinaloa reciben publicidad oficial.
Supongo que por estos días la cifra de publicaciones (en ese registro) puede ser mucho mayor, incluidos ahí los emergentes portales de noticias, coordinados por auténticos periodistas, que son una alternativa para el periodismo marginal e independiente.
Desde la ortodoxia periodística, una somera revisión de las publicaciones que tenemos a nuestro alcance (en el caso de las revistas: unas 40) evidencia, en la gran mayoría de los casos, muy escaso contenido propiamente periodístico; ausencia de análisis y discutible contribución a la promoción de la diversidad informativa que contribuya al desarrollo democrático.
En cambio, hay cientos de páginas couché dedicadas a ensalzar la figura de gobernantes y políticos.
Aparte, algunas de las secretarías estatales editaban ¿editan? sus propias revistas cuyo contenido no es más que la repetición, si acaso, de actividades cubiertas en la cotidianeidad periodística, y la promoción de imagen de los respectivos titulares.
SIN DIVERSIDAD INFORMATIVA
Naturalmente, la cuantía de los gastos en comunicación desde la oficialidad, favoreciendo a medios cuya función social es discutible, o incluso pagando publicaciones innecesarias desde las dependencias, implica limitaciones que impactan negativamente la diversidad informativa y, al no atender la equidad entre medios legítimos, se desvían del espíritu de las leyes de acceso a la información, tanto federal como estatal.
Si se quiere ser más drásticos en la explicación, sucede que, en los hechos, la tendencia que se estimula es la del monólogo oficial, y la ausencia, o la inhibición, cuando no la disfrazada censura, o abierta, de la crítica que incómoda al poder; los cuestionamientos que afectan la imagen del político siempre en búsqueda de otros peldaños.
En esas condiciones, la llamada prensa marginal, cuya función social, les guste o no, tiene relevancia y es necesaria para el desarrollo democrático, es empujada a una situación de sobrevivencia cada vez más difícil.
Y desde su ignorancia a sabiendas de la función que “coordinan”, los encargados del asunto atentan flagrantemente contra la diversidad informativa.
La prensa marginal no pide privilegios, que dados están a las empresas grandes (de televisión, radio y medios) sino trato justo y apoyo a los espacios que en México se han preocupado por propiciar el pensamiento universal, la diversidad de criterios y la crítica sustentada, únicas fuentes que, a lo largo de la historia, han contribuido a la democracia real.
OBTUSOS
El caso es que siguen los gobiernos, congresitos y demás, sin entender el papel del periodismo independiente, la función social de la prensa marginal.
El león cree, ya se sabe, que todos son de su condición y así miran a modestos prestadores de servicios como receptores de inmerecidas prebendas. Véase si no el cotidiano mitote en el congresito de Sinaloa (los diputados de 107 mil al mes y 137 “asesores”).
A los medios de difusión marginales, peor: como corruptos sin merecimiento alguno.
No sólo se equivocan y hacen gala de supina ignorancia sociológica, sino que violentan el espíritu del derecho a la información.
Que lo entiendan, sería esperar milagros.
EN EL TINTERO
-CFE, Pemex, juzgados, corporaciones policiacas, en la federación, estados y municipios, la corrupción más atroz que, en realidad, abarca prácticamente a todos los ámbitos del contexto nacional.
-Aun esperando que las expectativas encuentren punto de llegada, lo que procede es apoyar al presidente López Obrador, al tiempo de seguir exigiendo que los referentes lleguen, históricamente puntuales. Es lo obligado para la conciencia nacional.
-Siguen los anticonstitucionales retenes al arbitrio de cuicos y de los que se disfrazan; pistoleros de radar (de robar) y el mismo desbarajuste en las corporaciones que, para lo fundamental, son un cero a la izquierda. Mientras, no paran los asesinatos, los robos de autos, de casas y en la calle; los despojos, el vil desmadre de la incivilidad que padecemos. A ver hasta cuándo.
-Se nos adelantó Sergio Inzunza. Te debo una crónica y me debes una foto. Adiós, amigo.
-El apunte, también en “Vértice de Sinaloa” (verticedesinaloa.net); Línea Directa (https://www.lineadirectaportal.com); Didáktica (http://www.didaktica.com); Sitio Telles (http://www.jorgeluistelles.com) y en “Voces del Periodista”, revista del club de periodistas de México (vocesdelperiodista.com.mx). ([email protected]).