La inseguridad tiene costos sociales y económicos. Hay un debate mundial sobre la medición de la seguridad y la paz, desde los años setenta, científicos sociales y expertos de las principales escuelas de políticas públicas en Europa y América han tratado de construir modelos efectivos para medir “que tan segura o insegura” es una comunidad, sociedad o región determinada.
El Índice de Paz México plantea un modelo de medición integral de la paz -o aquello que nos aleja de ella-. Se elabora por el Instituto para la Economía y la Paz una organización mundial no gubernamental, apartidista y sin fines de lucro en la que participan expertos que desarrollan mecanismos para medir “la paz”. El IEP tiene sede en Australia, pero sus estudios son globales. El documento para el caso mexicano está disponible completo en https://www.indicedepazmexico.org/. Se los recomiendo ampliamente.
El Índice nos muestra una panorámica nacional, por espacio e interés de nuestros lectores hablaré del caso estatal. Sinaloa se encuentra en el lugar 14 del estudio. Yucatán, Tlaxcala y Chiapas son las entidades más pacíficas y Colima, Zacatecas y Baja California son las menos. De la medición del año anterior al 2023, avanzamos dos lugares -Tabla 1.1 del informe-. En 2016 estábamos casi tocando fondo el de la tabla en el lugar 31 de 32.
Es complejo explicar con detalle la metodología, pero el índice pondera: 1.- El homicidio, 2.- los delitos con violencia, 3.- los delitos cometidos con armas de fuego, 4.- crímenes de la delincuencia organizada y 5.- encarcelamientos sin sentencia. Aquí los principales hallazgos de nuestra entidad.
Sinaloa no tiene ningún municipio en foco rojo por homicidio, por el contrario, el municipio de Ahome se registra dentro de la tasa más baja de homicidios por cada cien mil habitantes. Culiacán estuvo durante algunos años en la lista roja, y actualmente los municipios de Zamora, Colima, Villa de Álvarez, Zacatecas y Guaymas son los más violentos del país en ese delito. Durante 2022, en México se asesinaron a 403 policías o elementos de seguridad pública. Zacatecas, Guanajuato y Guerrero son las entidades federativas que más bajas registraron en sus corporaciones. Sinaloa está lejos de los primeros lugares, en el 20 con un registro de 4 lamentables decesos.
Dentro del documento se mide también el impacto económico de la violencia, de manera general definido como “el gasto y efecto económico relacionado con la contención, prevención y mecanismos para afrontar las consecuencias de la violencia”. Entre más insegura sea la entidad, más se pagan por las pólizas de seguros de autos, mercancías e inmuebles, mayor también es el gasto de las empresas en seguridad privada o pública, en cámaras, portones, candados, softwares de seguridad y en general de todo aquel costo directamente atribuible a la violencia para la protección de la propiedad privada de ciudadanos, empresas e instituciones. De 5 rangos, Sinaloa está en el segundo, que lo ubica con un costo económico entre el 10% y el 19% del PIB. Los estados de Colima, Zacatecas y Morelos tienen un altísimo costo de violencia que supera el 40% de su PIB, mayoritariamente por extorsión, secuestro y trata de personas.
Todos los delitos pesan socialmente, pero el secuestro, el robo a transportista o mercancías, extorción a comerciantes y/o empresarios -pequeños, medianos o grandes-, robo a comercio y fraude son delitos que atentan contra la competitividad y el crecimiento económico, afortunadamente en Sinaloa estos delitos son de baja prevalencia.
No quiere decir con ello que Sinaloa sea una entidad modelo, sin problemas y sin retos de seguridad a futuro. Los expertos del Índice de Paz, indican que los delitos sexuales y la violencia familiar son focos rojos que deben atenderse de manera inmediata porque las cifras aumentan peligrosamente. El estudio habla también de la paz positiva, entendida como las actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen sociedades pacificas, porque en temas de seguridad y paz social no todo está en manos de los gobiernos. Este asunto en particular es muy interesante y merece una columna completa que abordaré la siguiente semana. Luego le seguimos…