El pasado miércoles 12 de Octubre, los gobiernos de México y Estados Unidos lanzaron un comunicado anunciando la colaboración de un nuevo enfoque para una migración ordenada, segura, regular y humana en la región.
Los asuntos migratorios con nuestro vecino del norte comienzan a dar un giro con la administración de Joe Biden, quien se ha mantenido firme con su promesa de campaña para mejorar el sistema de inmigración estadounidense. Como resultado de la cooperación internacional entre México y Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), anunció que otorgará 64,716 visas temporales H-2B destinadas a trabajadores no agrícolas para el año fiscal 2023, adicionales de las 66,000 visas H-2B disponibles normalmente cada año fiscal. La iniciativa incluye una asignación de 20,000 visas destinadas a trabajadores de Guatemala, Honduras, El Salvador y Haití.
Estos esfuerzos reflejan el compromiso conjunto del presidente Biden y del presidente López Obrador para aumentar las oportunidades de trabajo estacional, impulsando el crecimiento económico y ampliando las vías legales como alternativa a la migración irregular.
El gobierno estadounidense señaló la importancia de no sólo ampliar las oportunidades laborales, sino también de las protecciones a los trabajadores. Para salvaguardar la integridad del programa de la explotación laboral, se creará un nuevo Grupo de Trabajo de Protección del Trabajador convocado por la Casa Blanca.
Así mismo, la administración de Biden anunció un nuevo proceso de control migratorio dirigido a la población migrante venezolana. El gobierno estadounidense dio a conocer la creación de una nueva vía legal para la acogida de 24,000 venezolanos, como respuesta ante el repunte de casi 400% más intentos de venezolanos por cruzar la frontera estadounidense en comparación al año pasado.
Recordemos que los últimos meses el mandatario demócrata se ha enfrentado a presiones de la oposición sobre el aumento del flujo migratorio en la frontera. Gobernadores republicanos han enviado migrantes en autobuses hacia estados gobernados por demócratas, como una estrategia para presionar al mandatario ante su política migratoria.
Ante tal panorama, la respuesta de Biden fue optar por “vías ordenadas y seguras para la migración”, brindando una nueva oportunidad para los nacionales venezolanos de ingresar a Estados Unidos por vías legales. A partir del 12 de octubre, el gobierno estadounidense declaró que toda persona migrante venezolana que ingrese a los Estados Unidos sin autorización, será devuelta a México, priorizando la entrada por vía aérea y no a través de la frontera con nuestro país. Es importante señalar que esta medida sustentada por el Título 42, vulnera el derecho a la solicitud de asilo de las personas migrantes, respaldado por la ley estadounidense y el derecho internacional.
El gobierno de Estado Unidos señaló el valioso papel que juega la labor del gobierno de México para la atención a las personas migrantes venezolanas que serán retornadas con esta nueva política. Nuestro gobierno ha comunicado que continuará sus esfuerzos para permitir el ingreso temporal de personas de nacionalidad venezolana, bajo la continuación de la política de recepción de migrantes por razones humanitarias.
Este nuevo enfoque migratorio entre México y Estados Unidos es de carácter temporal y será revisado periódicamente con el fin de mejorar su implementación para evaluar su continuidad. Es de suma importancia que continúen los esfuerzos diplomáticos para dar respuesta ante uno de los mayores desafíos de la región. Aún queda un largo camino por recorrer para lograr “una migración ordenada, segura, regular y humana”.