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No es tiempo de tener mentalidad feminista

Es lo que expresó y mostró el día de ayer la directora de la Escuela Preparatoria Augusto César Sandino, Guadalupe Castro, al reprochar el largo de...

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Es lo que expresó y mostró el día de ayer la directora de la Escuela Preparatoria Augusto César Sandino, Guadalupe Castro, al reprochar el largo de sus faldas a las cerca de 50 alumnas de “su” plantel que no cumplieron con el largo máximo exigida por ella. No solo exhibió, denigró y ofendió en público a estas jóvenes, sino que las responsabiliza y culpabiliza de que, en grado de ser víctimas de un delito, la culpa sería de ellas por el largo de su falda. 

Machismo, homofobia y misoginia en la Sandino 

Ayer por la tarde me enteré de lo ocurrido en la Prepa Sandino y me puse en contacto con varias estudiantes de ese plantel para saber lo que había ocurrido. Desde hace días en la prepa se vienen tomando acciones prohibitivas en contra de la identidad individual de sus alumnas y alumnos, de una forma más allá  del uso correcto del uniforme, sino con puntos machistas, homofóbicos y misóginos: empezaron prohibiendo el maquillaje (uso del delineador), aretes y el tinte de cabello a los hombres, hasta que el día de ayer lo llevaron a las jóvenes: el largo de sus faldas. 

Un supervisor y una encargada de área fueron aula por aula a medir con cinta métrica la falda de cada alumna de la prepa: las pasaron al frente del pizarrón y, expuestas delante de sus compañeros de clases y maestros, estuvieron como muñecas en aparador. Si la falda estaba ½ centímetro arriba de los 5 “permitidos”, debían acudir a un área del lado de la entrada de la prepa, tutorías, para ser enviadas a sus casas para cambiarse o bien, para firmar una carta responsiva donde ellas serían las únicas responsables, deslindando a la escuela, de cualquier cosa que pudiera ocurrirles. Mientras esperaban esas 50 alumnas, por espacio de una hora, llegó la directora a llamarles la atención, a reclamarles que no se vistieran de esa manera porque “había pervertidos observándolas, que no debían de estar vestidas como putas y porque la violencia no estaba como para ser feminista”. Y no bastando con la llamada de atención verbal, les pide que, ahora delante del personal de limpieza y vigilantes, se levanten la falda para ver si cubrían con el otro “requisito” del “reglamento”, corroborar si traían shorts debajo. Después, a varias de ellas las hicieron firmar la carta responsiva, acompañadas de la frase “si quieren venir bichis o como quieran, me van a firmar sus nombres y no será nuestra culpa”.

¿Cuál fue el sentimiento de las alumnas expuestas y acosadas? En palabras de ellas, se sintieron incómodas, asustadas, pero aun peor, señaladas por la lluvia de comentarios que escucharon no solo de la misma directora, sino de diferentes personas que llegaron a decir que las violaciones y abusos cometidos en contra de las mujeres, era por su culpa, por traer falda corta. 

Lo ocurrido el día de ayer es un atentado a la dignidad humana de cada una de las alumnas de esta preparatoria. No solo vulneran su integridad física, sino también la emocional. Nadie tiene el derecho de invadir y vulnerar tu intimidad, tu espacio personal, y mucho menos para hacer uso y abuso del poder, bajo el pretexto del uso correcto del uniforme por cuestión de un “reglamento”.

Que no quede en impunidad

Es importante mencionar lo siguiente: la prepa Sandino forma parte de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), una entidad que si bien es descentralizada del Estado, es financiada con recursos públicos, por lo que sus colaboradores o trabajadores, son servidores públicos. Lo ocurrido el día de ayer (así como los días previos), fueron violaciones de derechos humanos efectuadas por servidores públicos, por lo que las Comisiones de Derechos Humanos, tanto nacional como estatal, deben de intervenir inmediatamente. Hago un llamado a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sinaloa para que intervenga. 

Buscando en la página de Transparencia de la UAS, en su parte de normativa, algún punto relacionado al tema de uniformes, no aparece lineamiento alguno sobre el largo de las faldas o manera de vestir de las y estudiantes, ni siquiera en su único Reglamento Escolar vigente y regente de los derechos y obligaciones de los alumnos.

Pero lo que sí aparecen son puntos importantes que el personal administrativo y/o académico que violenta a las alumnas no dudaron en omitir; se los comparto: 

  • Artículo 74  de la Ley Orgánica de la UAS, “… Los estudiantes tendrán derecho a un trato cortés, justo y respetuoso de parte de maestros, funcionarios y empleados de la Universidad, y a que los servicios educativos les sean proporcionados con regularidad y eficiencia…”
  • Artículo 97 de esa Ley Orgánica, “La imposición de las sanciones a los alumnos, profesores y trabajadores administrativos se regulará en los ordenamientos correspondientes”.
  • El Reglamento Escolar vigente, específicamente los apartados relacionados a los Capítulos contenidos en el Título Sexto, correspondiente a los derechos, faltas y sanciones, sobre todo el artículo 57 correspondiente a la imposición de sanciones, donde se específica que para que un alumno sea sancionado debe de existir un expediente, convocar al Consejo Técnico de la unidad académica y proveer al alumno el derecho de audiencia.

Me sorprende que la directora y su equipo de trabajo, a sabiendas de la situación de violencia que enfrentamos las mujeres desde niñas, con tanta información al alcance de su mano, con Centro de Políticas de Género al interior de la misma universidad, sean capaces de culpar de la violencia a sus propias alumnas. Es señal que la lucha contra la violencia de género no ha permeado en muchos miembros de la comunidad universitaria. Hago un llamado con carácter de urgente al Consejo Técnico de la Escuela Preparatoria Augusto César Sandino para que se abra la carpeta de investigación correspondiente a su propia directora y equipo de trabajo, así como al mismo Consejo Universitario y al rector, Jesús Madueña Molina, para que se tomen las medidas acorde a la Ley Orgánica de la Universidad y se implementen las sanciones correspondientes. 

A la directora, Guadalupe Castro, expanda su mundo. Prepárese y entienda que la violencia hacia las mujeres no es provocada por nosotras mismas. Es responsabilidad de los violentadores y de las actitudes machistas y misóginas que personas como usted siguen perpetuando.  Hoy más que nunca es cuando debemos de tener una mentalidad feminista: de cambio, de empoderamiento, de sororidad y exigencia a nuestros gobernantes, tomadores de decisiones y a ustedes, como funcionarios públicos, que no toleramos ya comportamientos de este tipo.

A las niñas, adolescentes y jóvenes violentadas el día de ayer, mi solidaridad, apoyo y acompañamiento. No están solas. Vivas y libres nos queremos. 

Mi correo, [email protected]

Fuente: Internet

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