Es evidente que el gobierno, en todos los niveles, ha tenido muchos desaciertos en la estrategia para combatir la epidemia del Covid 19, lo que se ha evidenciado por especialistas y medios críticos, pero nosotros como sociedad también hemos quedado a deber.
Estamos en lo más fuerte de la pandemia. Los más de 144 mil muertos por esa enfermedad en el país y los 4 mil 400 en Sinaloa, es doloroso aceptarlo, no han sido suficientes para que asumamos una postura más responsable en cuanto a las medidas preventivas.
Este periodo de grandes pérdidas y mucho luto, que debió ser también de aprendizaje para convivir con el virus, protegernos y proteger a los nuestros, no lo ha sido del todo o para todos.
Hay muchos ciudadanos que en medio del riesgo están obligados a salir de casa. Tienen que trabajar para llevar algo de comer a su familia. Pero hay muchos que. Lo hacen por irresponsabilidad, porque no les importa salir y al regresar poner en riesgo a la familia que sí acata el “quédate en casa”.
Siguen con su ritmo de fiestas, reuniones, frecuentado los mismos antros y espacios de reunión, se sienten ofendidos y hasta atacados en sus derechos cuando las autoridades tratan de poner límites ante la grave realidad que nos está matando. Y es que en una sociedad en proceso de descomposición, de pérdida de valores, nunca nadie se los ha puesto.
Estamos en serios problemas. Las vacunas no se van a aplicar de inmediato y sin contratiempos. Muchos familiares, amigos y ciudadanos valiosos se han contagiado y han fallecido, pero son muchos los que se pueden salvar si todos somos responsables hoy.
La autoridad ha tomado algunas medidas, pero es difícil que esto funcione si nosotros, los ciudadanos, no aportamos la parte que nos corresponde.
Más largo, más doloroso y más costoso y más dramáticas serán las consecuencias de todo esto al final si no queremos sacrificar algo en esta urgencia.
Esto es grave. Cada vez que salimos a la calle sin necesidad y sin tomar todas las medidas preventivas recomendadas, retando al contagio, estamos trayendo el peligro a casa.
Así de serio, así de dramático, así de peligroso. Ojalá hagamos conciencia con serenidad, sin entrar en pánico, sin que nos gane el miedo, pero sí actuando de manera responsable.
