Los Cañeros de Los Mochis rompieron esa larga sequía de no conquistar un campeonato en la Liga Mexicana del Pacífico. Ocurrió 20 años después de que Juan Francisco “Chico” Rodríguez consiguiera evitar que se cumplieran dos décadas sin saborear lo que en aquel entonces fue su segundo título.
En la más reciente edición invernal, los verdes se proclamaron monarcas exactamente 20 años más tarde de aquella hazaña de Rodríguez y un grupo de históricos elementos que festejaban el centenario de la ciudad con una corona de la que estaban ávidos. Este último gallardete fue de la mano del venezolano José Moreno, quien supo combinar experiencia con esa pléyade de jóvenes a los que la organización estuvo puliendo en las últimas tres campañas previas.
Pero si los aficionados mochitenses esperaban ver a su equipo consiguiendo un histórico bicampeonato para la franquicia de la mano del venezolano, que se vayan olvidando de eso. Moreno ha informado a la directiva que el próximo invierno dirigirá en su tierra, porque era una de las metas que tenía como prioridad durante años.
Moreno será el primer caso, que yo recuerde, de un piloto que no repite por iniciativa propia con el club al que condujo al campeonato en la LMP, si es que mi atrofiado cerebro no me falla. Tal vez su decisión no tiene precedentes.
Un caso, pero con características diferentes, fue el de Benjamín Gil con los Tomateros de Culiacán. El “Matador” hizo de su bautizo como manager algo muy especial, conduciendo a los Guindas al título en la edición 2014-2015, pero en la siguiente campaña el polémico tijuanense no regresó, y no porque tomara esa decisión, sino porque le fue impuesto un ejemplar castigo por aquella célebre y menudera frase “nos la p…laron”, tras eliminar precisamente a los Cañeros.
CLÁSICO. El torneo de naciones que reúne esta vez a 20 países ha arrancado. Se trata del Clásico Mundial de Beisbol, al que México asiste con una selección a la que muchos consideran más poderosa que aquella que lideró Adrián González y comandada por Paquín Estrada en la primera versión del certamen.
Aunque del barco se bajaron algunos elementos durante el trayecto previo, el manager Benjamín Gil supo meter las manos a la amplia baraja de opciones y cubrió esos huecos que otros consideran difícil de igualar. Eso sólo el tiempo dirá quién tuvo la razón.
México abre la competencia enfrentando el sábado a Colombia, con Julio César Urías en la lomita, decisión que en su momento le fue cuestionada a Gil porque se pensaba que el culichi sería el arma más importante del tricolor para el compromiso contra Estados Unidos al día siguiente.
Con el plantel que Benji tiene en sus manos, está prohibido el fracaso. Al menos esa es mi apreciación. La selección azteca tiene los argumentos para avanzar lejos en un grupo en el que los norteamericanos representan el más duro escollo.
