Efectivamente, a ninguna de las dos partes, ni a la empresa PASA, concesionaria de la recolección de basura, ni al gobierno municipal de Guasave, conviene irse a los tribunales para dirimir el conflicto que mantienen desde hace ya poco más de dos semanas y que ha motivado la suspensión de importante servicio.
Aunque se ha tratado de negar, se padece una crisis por este motivo, que puede agravarse en las próximas semanas y no ser solo por la basura no recogida, sino evolucionar hasta lo sanitario y lo político.
El asunto parece que ha sido bien asumido por el gobierno municipal, ante la postración financiera a la que ha sido empujado consecuencia por una parte de la voracidad de la empresa y por otra por la facilidad con la que gobiernos pasados cedieron a las excesivas exigencias de la concesionaria.
La salida a las calles de trabajadores y funcionarios cumplió con la expectativa de enviar un mensaje a la sociedad de que había verdadera preocupación del gobierno por el problema, logrando empatía y solidaridad, si era eso lo que se pretendía.
Pero esa comprensión y respaldo no es algo que la ciudadanía pueda dar por mucho tiempo. Se va acabando en la medida de que la crisis se hace más grave y la exigencia a la autoridad aumenta junto con el descontento.
Además de que en las actuales condiciones el municipio no tiene posibilidades de prestar el servicio por su cuenta. Tampoco puede aguantar por mucho tiempo haciendo lo que hoy hace.
Se han mantenido las pláticas entre la alcaldesa Aurelia Leal y altos ejecutivos de PASA, y hay planteamientos de ambas partes.
La empresa consideró perdonar el 30 porciento de la deuda global cercana a los 50 millones de pesos, pero a cambio de que se ampliara el plazo de la concesión de cinco años aprobado durante el gobierno de Diana Armenta.
La contrapuesta va en el sentido de que la reducción sea del 40 porciento en la deuda y mantener el plazo de la concesión, con el compromiso de terminar de pagar el adeudo al último día de la actual administración.
También, la reducción del costo mensual del servicio, que quedaría en poco más de 3 millones de pesos, pero haciéndose cargo el municipio de una zona para la recolección.
El depósito de la basura recogida por el municipio sería en el actual relleno sanitario, pero está por verse si eso le generaría a la comuna un costo adicional por el manejo de los desperdicios. El problema es también que la vida útil del relleno está por acabarse y se debe buscar otro espacio.
Está la intención de crear una paramunicipal con una serie de candados para no dejarla vulnerable al apetito de sindicatos ni a la voracidad de funcionarios, manejada con transparencia y participación de sectores productivos y sociedad civil, y que se encargaría exclusivamente del asunto de aseo y limpia.
Es cuestión de darle prioridad al manejo limpio, transparente, de un asunto bastante sucio.
No se ve mal una negociación de esa manera y un tratamiento de esa forma para recuperar en el mediano plazo la rectoría del municipio en la prestación del servicio, pero todo está sujeto a buenos acuerdos de las partes. Y esto se podría dar en el transcurso de la próxima semana.
