La naturaleza ha cumplido, los hombres del campo han hecho su trabajo, la tierra ha sido generosa este ciclo agrícola, y se tendrá una abundante cosecha de maíz en Sinaloa, pero a pesar de ello las expectativas para los productores no son alentadoras.
Es posible que muchos productores agrícolas, e incluso líderes que han encabezado movilizaciones por un mejor precio para la cosecha de maíz sinaloense, no estén dimensionando debidamente el problema que se viene encima, que puede ser de consecuencias muy severas.
Ya no se trata solo del asunto del descuento que pretendían supuestamente los centros de acopio de 150 pesos por tonelada, lo que quedó en claro no es generalizado sino postura de una sola empresa.
Tampoco es cuestión del precio, que finalmente tras las manifestaciones de hace unas semanas se llegó al acuerdo de que se establecía en 4 mil 150 pesos por tonelada.
Se espera que en el estado se cosechen entre 5 y seis millones de toneladas del cereal, que bajo una comercialización adecuada y pago oportuno y justo dejaría una extraordinaria derrama financiera para Sinaloa, que pondría en movimiento a toda la economía.
El problema es que un alto porcentaje de esa cosecha no tiene mercado seguro, las casas acopiadoras por lo tanto no pueden garantizar el esquema de “agricultura por contrato”, fundamental para que el agricultor pueda acceder a precio adecuado y otros beneficios de parte del gobierno.
El motivo es sencillo: los grandes industriales no se han acercado a establecer compromisos de compra del grano porque tienen inventario para operar durante meses sin necesidad de adquirir el maíz sinaloense.
Hay que ver si el cereal que esos industriales tienen en sus bodegas es importado, transgénico y de mala calidad, pero barato, que se trae de la Unión Americana en detrimento del grano mexicano.
Y si no hay certeza de venta de la cosecha, los centros de acopio no están en condiciones de asegurarle nada a asociados que les entregaron toda la documentación para meterse a este esquema y asegurar la comercialización de su cosecha.
Hoy viernes venció el plazo para que maiceros pudieran cambiar de centro de acopio a otro que les garantizara la colocación de su grano.
Hasta el 10 de mayo tienen para acudir a los centros donde entregaron los documentos para conocer su situación, pues la sola entrega de todos los papeles no es garantía de que en automático queden incorporados a la “agricultura por contrato”.
Es raro observar tanta tranquilidad entre los productores tras el logro del precio de referencia de los 4 mil 150 pesos, cuando ahora lo que se les viene encima es aún mucho más grave que un precio bajo.
Se pueden quedar con su cosecha almacenada sin expectativa de venta ni de precio, y así a merced de voraces intermediarios que estarían pagando el grano muy por debajo de los referenciado.
Y luego todos los problemas de las deudas a la banca, a proveedores, quedando en cartera vencida e imposibilitados para irse a una nueva siembra.
El problema es bastante serio para los productores, pero lo es también para el gobierno.
