La vida profesional de un pelotero no inicia y termina con una sola organización, aunque existen sus excepciones. Lo que sucedió en ese movimiento que envió a Jorge “Chato” Vázquez a los Venados de Mazatlán, no será el primero ni el último en el que un jugador emblema tenga que abandonar su redil porque el béisbol así se maneja, porque así es este negocio y porque el jugador es de ciclos.
Para muchos seguidores del club Guinda –si no es que a todos- la operación de cambio los tomó por sorpresa incluyendo al propio jugador, quien en entrevista exclusiva con mi compañero Héctor Meza, lo confesó pero aceptó que desde hace tres temporadas presentía que esa avenencia ya estaba en una olla express hacía buen rato.
El aporreador mexicano que definió una Serie del Caribe para México precisamente con los Venados como representantes de nuestro país, estaba consciente que su romance con Tomateros podía terminarse en cualquier momento porque no era un jugador que podía aparecer a diario en el orden al bat y menos en un equipo plagado de tanto talento.
Que Jorge soñó con retirarse vistiendo los colores de su ciudad natal es algo muy común en todo jugador. Mazatlán estuvo insistiendo tanto en hacerse de sus servicios que consiguió el objetivo, pero ¿creen que la transacción llegó en el mejor momento para ambas partes? ¿Quién sale ganando en esta operación?
Vázquez sabe que sus días como pelotero activo están contados. Las lesiones han acelerado el proceso de colgar los spikes más temprano que tarde, pero mientras le llega ese momento, busca explotar algo de lo que todavía trae consigo, ese algo que en Culiacán no podían darse el lujo de esperar…y mucho menos de saber si realmente iba a resultar benéfico.
DIFERENTE. El cambio nos sorprendió también como medio, porque apenas unos días atrás el mánager Robinson Cancel pensaba disímil o sigue pensando distinto. El timonel guinda nos comentó en una entrevista en vivo que Jorge estaba en sus planes y que de momento no les interesaba que aportara en rol regular.
“Lo quiero listo para enero”, nos dijo Cancel en aquella charla. El mánager estaba consciente que el proceso de recuperación del “Chato” era cuestión de tiempo, y que por consecuencia no había por qué forzarlo a rendir como en sus mejores años.
¿Habrá cambiado Robinson de opinión? ¿Lo tomarían en cuenta para llevar a cabo el movimiento?
Hay que recordar que en la época de Benjamín Gil el “Chato” no estuvo muy cómodo dentro de la organización. El propio pelotero dejó entrever, en aquel tiempo, que su relación con el tijuanense no estaba bien.
Con Jorge posiblemente se haya ido el último ícono guinda, como en sus tiempos lo fueron Nelson Barrera y Darrell Sherman, sólo por citar algunos. De la generación actual tal vez Héctor Daniel Rodríguez se calzará esos zapatos.