La elección de síndicos y comisarios se hace mediante un proceso que por ley excluye a los partidos políticos. Eso en la normatividad oficial, pero en los hechos la realidad es otra cosa.
En los recientes plebiscitos para tal efecto en los municipios de Culiacán y Navolato, cuando menos el PRI y el PAS salieron a adjudicarse el triunfo en una importante cantidad de sindicaturas.
Para darle mayor relevancia a estas victorias, fueron los propios dirigentes estatales de esos partidos los que hicieron el anuncio correspondiente.
Es evidente que sobredimensionaron, con absoluta conciencia y evidente intensión, un triunfo de su real tamaño. Son sindicaturas las que se votaron, la participación fue escasa y ni tan siquiera los logotipos de los partidos pueden aparecer en la promoción de los aspirantes ni en la papeleta usada en el plebiscito.
Esto se hace con toda intención. Esos partidos saben que deben ofrecerles triunfos a sus militantes y simpatizantes, por más pírricos y cuestionables que estos sean. Venderles optimismo.
Muestra la estrategia que esos partidos tienen líderes.
Para Morena, que triunfaría en solo una o dos sindicaturas en ambos municipios, el problema que arroja este resultado no está en los números, si fueron muchos o pocos los votos o las sindicaturas ganadas. Quedó en evidencia que no tiene líderes.
El plebiscito desnudó al partido. No hay una cabeza que dé la cara, que salga, responda, opine, coordine liderazgos a ras de tierra, que contenga a los desesperados, que inspire respeto y confianza. Nadie sale a alentar a los simpatizantes y militantes en momentos controvertidos.
De vez en cuando alguna diputada federal sale a enfrentar a adversarios, pero en calidad de qué, sin representación formal más allá del cargo legislativo, no de dirección partidista.
Son gobierno y eso desgasta. Les era mucho más cómodo actuar, decir y exigir desde la oposición. Y no han entendido el nuevo rol que deben jugar.
Y si no se toman en Morena las decisiones correctas en cuanto a líderes, se irá haciendo cada vez más difícil obtener un buen resultado en las elecciones del próximo año.
En 280 caracteres. Un gabinete de gobierno difuso, cuando menos parte de él. ¿Dónde está el titular de la Secretaría de Salud en estos momentos de emergencia sanitaria? ¿Y responsable de la Secretaría de Gobernación? Eso genera mayor desconfianza en que lo que se hace gobierno federal es lo mejor que se pudo hacer.
